2019, el año de Greta y el clamor social por la justicia climática

La cumbre del clima en Madrid (COP25) ha puesto el colofón a un año en el que los países han visto incrementada la presión social para aumentar su ambición contra el calentamiento global, tras la irrupción de nuevos factores en escena como el fenómeno Greta y las graves evidencias científicas del impacto climático.

Dicha presión contra gobiernos y contaminadores se ha visto propiciada además por el uso de un lenguaje renovado por parte de los grandes medios de comunicación, entre otros el británico The Guardian y en España la Agencia Efe, para informar del calentamiento global con términos más adaptados a la realidad climática que es ya “una emergencia”.

Los jóvenes inundan las calles con sus protestas. En 2019 millones de jóvenes de todo el mundo salieron a las calles y se manifestaron contra la crisis climática tras el ejemplo de las protestas de la joven activista sueca Greta Thunberg, que con solo 16 años es ya todo un icono del activismo ambiental.

A ello se añade este año la presión social de una ciencia especialmente prolífica en datos que evidencian la gravedad del impacto del calentamiento global y plantean medidas urgentes para mitigarlo.

La causa principal de esta crisis climática es el aumento de gases causantes de efecto invernadero en la atmósfera por el excesivo uso de combustibles fósiles a causa de la actividad humana en sectores como la energía, las fábricas, el transporte, la agricultura.

Las alertas de la ciencia. Al informe del panel de expertos de Naciones Unidas sobre cambio climático o IPCC relativo a los graves daños que implicaría un calentamiento global por encima del umbral de 1,5 grados en este siglo respecto a los niveles preindustriales, se suman dos nuevos documentos científicos publicados este año que alertan de la gravedad de la crisis climática.

Uno, sobre los riesgos de los usos del suelo a causa de la agricultura, la deforestación y otras prácticas humanas con graves consecuencias sobre el clima, y otro, sobre el impacto del aumento de la temperatura en los océanos que amenaza con elevar el nivel del agua más de un metro a mediados de este siglo, con consecuencias desastrosas.

Pero mientras aumenta la presión sobre los gobiernos para que tomen definitivamente medidas contundentes contra una crisis climática que castiga más a los países más pobres y que paradójicamente son los que menos contaminan, los gases de efecto invernadero no paran de crecer.
Un nuevo récord de emisiones. De hecho, está previsto que las emisiones de dióxido de carbono alcancen este año un nuevo récord hasta incrementarse un 0,6 % respecto al año anterior, según la prestigiosa organización científica internacional Global Carbon Project.

Asimismo, este año cerrará una década con niveles máximos de temperaturas y 2019 será, al menos, el segundo o tercero más caluroso desde que hay registros, de acuerdo a las previsiones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El calentamiento global está ya agravando su impacto con fenómenos meteorológicos extremos materializados en huracanes, tornados, lluvias torrenciales acompañadas de sequías y aumentos del nivel del mar que podrían desplazar a millones de personas y convertirlas en “migrantes climáticos” en busca de nuevas zonas habitables lejos de sus hogares.

Texto y fotos: Agencias

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