La invasión coworking

El periodista Juan Ramón Gómez y el diseñador gráfico Santiago Bringas, lo vieron claro, el futuro es el “coworking”, así que no se lo pensaron mucho y juntos fundaron Colabora Coworking. De eso hace ya más de siete años.

“Estuvimos dos meses adecuando el local. Pusimos el suelo de tarima con nuestras manos, toda la instalación eléctrica y de fibra óptica, la decoración… todo con mucha ilusión porque no era simplemente un negocio, era el lugar donde íbamos a trabajar todos los días”, recordó. La historia va de que profesionales de distintas actividades compartan un mismo espacio en el que trabajar.

Un concepto de oficina que podría ser la de cualquier empresa pero en la que cada uno tiene su propio negocio.

“Por un módico precio te permites salir de casa y tener una sala de reuniones adecuada en la que recibir a los clientes, mucho mejor que el salón de tu casa o la cafetería de turno”, destacó Gómez.

Destinados principalmente a profesionales de cierto perfil creativo, como diseñadores, programadores, fotógrafos, escritores, arquitectos, ilustradores, periodistas… y disciplinas similares; lo cierto es que la evolución en los últimos años ha provocado que surjan muchos espacios de este estilo.

“En nuestro país –España- al principio se daban más en la ciudades grandes, fundamentalmente en Madrid y Barcelona; lógico porque hay más emprendedores, pero con el tiempo se han multiplicado por la mayoría de las ciudades”, destacó Juan Ramón Gómez (www.colabora-coworking.com).

De hecho, en muchas localidades han surgido estos espacios apoyados por entidades públicas que los utilizan como herramienta para fomentar el emprendimiento.

MÁS QUE UNA MODA

Al decir de los expertos en relaciones laborales, el “coworking” es la solución perfecta para esos “freelances” o trabajadores por cuenta propia que lo hacen desde casa y deben enfrentarse a algunos problemas, como la soledad, posturas inadecuadas a la hora de sentarse o iluminación insuficiente. Algo que, en teoría, no ocurre en un centro de trabajo porque las empresas están obligadas a cumplir ciertas normativas en ese sentido.

“Tiene muchos beneficios. Puedes relacionarte con otra gente que comparte tus inquietudes, crear nuevas relaciones laborales, conseguir compañeros para determinados proyectos nuevos… y todo surge de manera natural”, aseguraron desde Colabora Coworking.

Juan Ramón Gómez puntualizó que “ahora ha habido otra explosión del término ‘coworking’ aunque la esencia no es la misma. Las grandes empresas que han entrado en el sector están abriendo edificios enteros, pero la mayoría de sus espacios son pequeñas oficinas privadas. Es un servicio que también tiene mucha demanda y que existe desde hace muchos años, era lo que se conocía como centro de negocios”.

Lo cierto es que en esos centros no se convive con otros trabajadores por cuenta propia, que es la esencia del “coworking” por lo que, según indicó Gómez, “no fomentan la vida laboral en colaboración. Cuando abrimos el local no tardamos en darnos cuenta de que los conceptos de media jornada y jornada completan no casaban con el perfil de nuestros clientes. La flexibilidad es fundamental y creamos tarifas mensuales de diez y quince horas a la semana, además de bonos para clientes más esporádicos y pases de día para “freelances” viajeros de todo el mundo”.

Si a todo este le sumamos wifi, zona de “office”, servicio de impresora y fotocopiadora o descuentos en formación y cursos de idiomas, todo son ventajas.

TRABAJOS DEL PRESENTE Y EL FUTURO

Los “coworkers” distribuyen su tiempo en función de su trabajo y, a más flexibilidad, se genera mayor producción, según reconocieron los fundadores de Colabora Coworking.

Los hay que acuden al centro un día a la semana y otros a diario. Algunos son autónomos y otros pequeñas empresas que han ido aumentando el número de trabajadores.

“Lo fundamental es que estén a gusto y rindan. Al principio querían trabajar de noche, acostumbrados a que en casa no hay horarios, pero se organizan y ellos mismo se imponen un horario. Cuando llega la hora de cierre no queda nadie, porque han aprendido a conciliar consigo mismos”, sentenció Gómez.

En el presente y futuro laboral, el “coworking” y el teletrabajo van a estar muy presentes.

“Siempre he sido enemigo de calentar la silla en las empresas, de tener que cumplir un horario aunque tu trabajo ya estuviera hecho o quedarme hasta que se fuera el jefe para quedar bien”, añadió Juan Ramón Gómez.

Aún así, hay países en que esta fórmula de trabajo aún tiene reticencias. La falta de regulación y confianza en el trabajador y una cultura presencial muy arraigada hacen que no pueda compararse con países como, por ejemplo, Reino Unido o Estados Unidos, pero la realidad es que trabajar sin tener que ir a la empresa supone, según el experto “mucha autodisciplina en los trabajadores y no les exime de cumplir horarios y normas”.

LA OPCIÓN DEL TELETRABAJO

El teletrabajo no significa necesariamente trabajar únicamente desde casa; cada vez es más frecuente esta modalidad de empleo que combina el modo presencial con tareas desde el hogar.

Desde la multinacional Repsol, que ha sido pionera en este sistema de trabajo en su área de marketing, indicaron que flexibilizar la gestión del tiempo ha logrado una mayor eficiencia en la empresa y en los trabajadores.

Ya son muchas otras las que optan porque sus trabajadores desempeñen su cargo desde casa o como “coworkers”. Una fórmula que resulta provechosa para ambos.

El trabajador logra conciliar su vida laboral, personal y familiar, reduce estrés, flexibiliza su horario y, por tanto, rinde más; y el empresario ahorra un coste considerable en luz y teléfono, capta y retiene el talento de sus trabajadores quienes, al estar satisfechos, no pretenden cambiar de ocupación con lo que se reduce el absentismo y aumenta la productividad.

“Un empleado que invierte más de dos horas diarias entre ir y volver del trabajo, con el gasto que supone en gasolina o transporte público, puede invertir su tiempo y dinero en un “coworking” cercano a su casa y siempre saldrá ganando. De hecho creo que muchas empresas pagarán este tipo de espacios a sus trabajadores”, concluyó Juan Ramón Gómez.

Texto: EFE
Fotos: EFE / Cortesía

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