Por René Emir Buenfil Viera
Ahora que muchas niñas, niños y adolescentes están regresando a clases en casa, pueden estar surgiendo nuevas tensiones relacionadas con su capacidad de concentrarse en la pantalla o televisión, y muchas mamás y papás quizá se desesperan rápido y les gritan, a lo que responden llorando o enojándose, y esto genera un caos en el hogar además que dificulta la convivencia ya que cuando se pierden los estribos como adultos(as) eso tal vez les lleve a sentirse culpables y pedir perdón por el grito o el golpe, pero no es simple controlarse o dejar de caer en esta rutina de vigilar, exigir y regañar.
Primero que nada pensemos qué tenemos que hacer para relajarnos antes de que comiencen las clases virtuales y poder generar un ambiente agradable, que estimule el aprendizaje y no lo quiera forzar, que a fuerza ni los zapatos entran.
En segundo lugar es útil entender la manera en que nuestras hijas e hijos aprenden, sus ritmos y sus tiempos, qué se les facilita y qué se les dificulta, para poder apoyarles de las mejores maneras posibles, esto es, sin exigirles un rendimiento y un desempeño que todavía no pueden dar, y abrir la conversación para ver si ellos(as) quieren mejorar y en qué.
Es probable que nuestros(as) hijos(as) digan que no les gustan las clases virtuales y les contestemos que se resignen, que ni modos, eso les tocó, pero podemos darle una visión más esperanzadora al decirles que aunque no sea la situación ideal, juntos(as) pueden sacarle el mayor provecho posible y cómo puedes ayudarles a que atiendan lo más que puedan y cumplan en la medida de lo posible; piensa en metas a corto, mediano y largo plazo, ya que apenas comienza el ciclo escolar y no es lo mismo ahora que en periodo de exámenes o entrega de proyectos y portafolios, es así que hay que estar preparados(as) para saber cómo pueden enfrentar los retos que vayan surgiendo a lo largo del ciclo escolar.
Como mamás y papás podemos hacer uso de todos los recursos y herramientas que tenemos a la mano, incluyendo las tecnológicas y las redes sociales de personal docente, pedagógico y del área de psicología.
Empecemos a eliminar algunos mitos: no tienes que saberlo todo ni tener todas las respuestas, se vale no saber y no es algo de lo que debas avergonzarte, pero eso no es excusa para quedarse cruzado(a) de brazos, tampoco tienes que ser maestro(a) sustituto(a), eres una mamá o papá que tiene la oportunidad de presenciar con sus propios ojos este proceso de enseñanza aprendizaje del que antes solo te enterabas de oídas por lo que decían los(as) maestros(as) o tus hijos(as), así ya no te llevarán al baile en el futuro y sabrás lo que tus niñas, niños o adolescentes necesitan para triunfar en el ambiente escolar.
Trabaja en tu inteligencia emocional como adulto(a) para fijarte en lo que tus hijos(as) hacen bien y darles una retroalimentación positiva cada día, evitando las críticas destructivas y comparaciones.