China urgió ayer a Japón a que detenga su plan para procesar y verter al mar el agua contaminada de la central nuclear de Fukushima, y acusó al país de “forzar un plan que ha levantado múltiples preocupaciones en la comunidad internacional”.
“El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) presentó unas conclusiones que Japón no debería utilizar como un pasaporte para poner en marcha su plan. No se puede probar que el vertido sea la opción más segura o la más fiable”, dijo ayer la portavoz de Exteriores Mao Ning en rueda de prensa.
Según Mao, “Japón ha actuado de forma completamente arbitraria” a la hora de “forzar” su plan.
“China urge de nuevo a Japón a que detenga este plan y sea responsable con las futuras generaciones. Deben lidiar con el problema de una manera segura, transparente y científica, bajo estricta supervisión internacional”, indicó.
El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, defendió ayer la “fiabilidad” del plan japonés para procesar y verter al mar el agua contaminada de la central nuclear de Fukushima, ante la oposición al mismo de comunidades locales y de países vecinos.
El OIEA presentó al Gobierno de Japón las conclusiones de su evaluación del plan para el vertido, en las que el organismo señala que el proceso ideado por Japón “cumple los estándares de seguridad internacionales” y que tendrá “un impacto radiológico insignificante” tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
China ha criticado firmemente el vertido, mientras que Corea del Sur ha enviado una misión propia a Japón para sacar sus propias conclusiones sobre el tema.
Texto y foto: Efe