Por: Mario Ovies Gage
Hace varios años, en los viajes que realizaba con mi familia por la autopista Mérida-Cancún, era muy común ver a las tarántulas cruzar el asfalto, tarea mortal que se llevaba la vida de cientos de ellas. También recuerdo que cualquier viaje en carretera significaba que el coche iba a quedar repleto de marcas de los insectos que se estrellaban.
Pero esa ya no es la regla actualmente, quiero creer que es cosa mía, que no viajo lo suficiente o que ya estoy acostumbrado. Esta situación me deja con la pregunta, ¿a dónde se fueron los insectos?
Según datos del foro económico mundial, 40% de los insectos en el planeta se encuentran en peligro de extinción, y si la tendencia actual se mantiene, los insectos se extinguirían en 100 años.
Un mundo sin mosquitos, sin cucarachas, sin arañas, ¡genial! ¿no? Aunque muchos insectos sean parte de nuestras pesadillas, sin los insectos el 75% de los cultivos del mundo no se podrían reproducir y morirían. A falta de cultivos esto conllevaría la muerte de todos los animales que se alimentan de ello.
Aves y anfibios también se morirían, ya que gran parte de su alimentación consiste en todos estos “molestos” insectos. Ellos son parte fundamental de varias cadenas alimenticias que incluyen a aves, reptiles, anfibios y mamíferos, eso incluyéndonos a nosotros. Los insectos también se encargan de reciclar materia muerta, se encargan de mantener controladas plagas y algunos se encargan de nutrir la tierra.
Todo esto sin mencionar la importancia que tienen las abejas, cuyo trabajo consiste en polinizar las flores y otras plantas. En términos económicos, a nivel mundial las abejas contribuyen con 200 mil millones de dólares a la industria alimentaria.
En pocas palabras, nuestra forma de vida como la conocemos depende de estos pequeños seres vivos y no hacer nada al respecto nos puede costar nuestra supervivencia.
Muchos científicos coinciden que la sexta extinción masiva a comenzado, recordando que una de ellas fue la que acabó con los dinosaurios, y la que estamos viviendo actualmente incluiría a los insectos. Los especialistas no están seguros de por qué muchos insectos están muriendo, pero los principales factores que contribuyen a su desaparición son el cambio climático, el uso de pesticidas y la destrucción de sus hábitats.
Tal vez no estemos muy lejos del panorama que nos plantea un episodio de la famosa serie Black Mirror, de la plataforma Netflix, donde en el capítulo final de su tercera temporada nos cuentan la historia de una realidad donde se han extinto las abejas y dependemos de insectos robóticos para cubrir sus funciones.
Dudo mucho que podamos suplir realmente con máquinas la importancia que tienen en nuestras vidas los insectos, o tal vez sí, pero estoy seguro de que no lo podríamos hacer a tiempo para salvar a millones. Algunos especialistas ya le llaman el “apocalipsis de los insectos”, situación que comenzaban a percibir desde el 2011 y que para este 2020 estaríamos alcanzando un temido punto de no retorno.
¿Y dónde están los insectos? La respuesta es fácil, muertos. Muertos por los pesticidas que se arrojan en la península para mantener hectáreas y hectáreas de cultivos, muertos por las campañas de fumigación para “matar a los mosquitos”, muertos por las fumigaciones que hacemos en casa y en empresas para acabar con las hormigas y las cucarachas.
Lo estamos logrando, los mosquitos ya no nos van a molestar, porque no habrán mosquitos y porque no habrá nadie vivo a quién molestar.
