Desesperados por el cansancio y el calor, tras recorrer a pie más de 340 kilómetros, los ilegales deciden no caminar más y abordan vehículos
Cientos de personas de la caravana migrante que lleva 20 días recorriendo el sur de México decidieron el viernes subirse en camiones para completar la ruta del día, agotados tras largas jornadas de caminata.
Desesperados por el cansancio y el calor acumulado tras recorrer a pie más de 340 kilómetros de los estados de Chiapas y Oaxaca, cientos de migrantes que conforman la caravana decidieron no caminar más y en la salida desde Santiago Niltepec pararon camiones para pedir que les dejaran viajar en ellos.
Haciendo grandes esfuerzos, mujeres y niños, principalmente, se acomodaron entre los espacios de los remolques de los camiones, insuficientes ante el volumen de personas que quería subir.
Al menos cuatro camiones fueron utilizados por los migrantes para avanzar 22 kilómetros más hacia La Venta, donde harán nuevamente una escala para continuar su camino durante el fin de semana por la región del Istmo de Tehuantepec.
“Vámonos, vámonos”, gritaban algunos migrantes para que el conductor avanzara una vez que estuvieron acomodados sobre el vehículo, debido a que la Guardia Nacional se encontraba cerca.
Al ver la estrategia de los migrantes, la Guardia Nacional cerró la carretera para impedir el paso de más camiones que les pudieran servir de transporte.
En días recientes, un total de 800 migrantes de la caravana han regularizado su situación en el país a través del Instituto Nacional de Migración (INM) y, a raíz de ello, han abandonado el contingente.
Jeffrey, nicaragüense, viaja con su madre, esposa y dos hijos, y las llagas en los pies ya no le dejan avanzar.
“Hemos venido a sufrir, pero ya no podemos regresar, nos prometieron la ayuda de la visa humanitaria y ojalá sea cierto, yo tuve dos embolias y no quiero volver a mi país”, dijo a Efe llorando el hombre de 47 años, quien el viernes también se entregó al Grupo Beta (un grupo de apoyo) del INM.
Texto y foto: Efe