Alertan de mujer que estafa a adultos mayores

Abusando de la buena fe de los adultos mayores, una mujer ideó la forma de engañarlos ofreciéndoles inscribirlos a programas sociales mediante el pago de diversas cantidades, e inclusive gestionarles casas que, les dijo, pagarían con mil pesos mensuales, mientras que a una tercera víctima, bajo engaños y mentiras, le pidió dinero supuestamente para poner un negocio, lo cual nunca ocurrió y ahora se niega a pagar.

“Cuando la voy a ver a su casa y la gente le pregunta porqué, tiene el cinismo de decir que no sabe, que porque ya me pagó lo que me debe, lo cual es falso”, comentó indignado Víctor Manuel Martínez, uno de los adultos mayores que fue víctima de esta mujer a la que ya se denunció penalmente.

“Ella tenía el compromiso de devolverme mi dinero, pero pura mentira, nunca cumplió, y desde noviembre a la fecha dejó de hablarme completamente”, continuó diciendo el pensionado ferrocarrilero.

“Sabemos que no somos los únicos, que hay más personas también de la tercera edad que han sido engañadas por esta persona en Umán y en otros rumbos de Mérida, por lo que queremos alertar a la gente sobre esta situación, especialmente a la del oriente de la ciudad, somos de la Fidel Velázquez y de Pacabtún, colonia en la que vive esta persona, quien inclusive se presenta con diferentes nombres para tratar de despistar”, señalaron.

Con lágrimas en los ojos, Hipólito Humberto Solís Vargas recordó la manera en la que se le presentó al supermercado en el que trabajaba como “cerillito” una mujer que dijo llamarse Carmen, con quien entabló amistad.

La cuestión es que esta mujer, que luego resultó ser realmente Pilar Q. G., le ofreció una presunta ayuda del Gobierno Federal para que recibiera dos mil 500 pesos al mes, para lo cual antes debería de aportar 30 mil pesos.

“No tenía dinero, pero me convenció de hacer un préstamo al banco, y ella misma me llevó a recoger el dinero que le entregué, y al mes de ese mismo dinero me depositó los primeros dos mil 500 pesos, pero luego ya no me depositó ni un centavo más”, recordó con los ojos llorosos el señor, quien a decir de su esposa, a raíz de este engaño sufrió una embolia.

“Resulta que él nunca me dijo nada de que había sacado un préstamo en el banco y me di cuenta que algo andaba mal porque cuando él esperaba que le depositen en su tarjeta y no le ponían nada, llegaba y agarraba el teléfono para llamar a la tal Carmen, hasta que un día le pregunté qué pasaba y me dijo donde vivía esa persona, que casualmente vive a tres cuadras de la casa”, contó la esposa de don Hipólito, quien al llegar a dicho domicilio se llevó una sorpresa.

“La persona que supuestamente era Carmen era en verdad Pilar, la conozco desde niña, y cuando le dije porqué la fui a ver, ella hasta lloró diciendo que cómo creía que era capaz de hacerle eso a un pensionado, que estaba confundida, y cuando regresé a casa y le conté a mi esposo lo que me dijo, fue cuando le dio embolia”, comentó la esposa del afectado durante una entrevista a la redacción de Peninsular Punto Medio.

En otro de los casos, la señora María Eugenia explicó que la tal Pilar, su vecina, le dijo que a través de un programa federal le podrían dar una casa, para lo cual debía hacer una aportación para que se la entregaran, y luego pagaría la vivienda con mil pesos al mes.

“Me llevó a ver varias casas allá por el rumbo de Pacabtún, me dio fotografías y hasta unos papeles, pero resultó que eran casas abandonadas y que solo desyerbaba en la puerta para que le creyera. Primero le di 14 mil pesos y luego otras cantidades hasta que se juntaron como 20 mil pesos. Varias veces me citó en una notaría pero nunca llegó, y ahora ya no nos sale a dar la cara”, dijo la mujer mayor, quien también se soltó a llorar desesperada porque necesita del dinero para los medicamentos que requiere su madre, quien se enfermó a raíz del problema.

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