Alertan sobre riesgos de privatizar el agua

La ONU señala que hay dos grandes desafíos para el acceso al vital líquido: la recuperación de la ingeniería natural y una gobernanza democrática

La privatización del agua “es una perversión absoluta en nombre de la eficiencia. ¡Mentira! Es en nombre del negocio”, sentenció Pedro Arrojo Agudo, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.

Advirtió sobre los riesgos de la mercantilización y la financiarización del agua en México y señaló que hay dos grandes desafíos para tener acceso a él: la recuperación de la ingeniería natural y una gobernanza democrática del líquido.

Arrojo Agudo participó en el foro “Los retos para garantizar el derecho humano al agua y su saneamiento en Tlaxcala”, convocado por la organización civil Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local, al que acudieron representantes de comunidades.

El diplomático expuso que cerca de 2 mil millones de personas “terriblemente empobrecidas, que viven junto a un río o un acuífero contaminado, frecuentemente por tóxicos, no tienen acceso garantizado al líquido potable, y 4 mil millones no lo tienen al saneamiento básico. Qué vergüenza”.

Resaltó que hay dos grandes desafíos: “El primero, hacer las paces con nuestros ríos, con la naturaleza que nos rodea, aprender el mensaje de los pueblos indígenas, de las comunidades campesinas”. De lo contrario, alertó, será imposible avanzar como humanidad. Es necesario “recuperar la ingeniería natural que funciona bien con energía solar”.

Subrayó que tener un río saludable a la puerta de casa “no puede ser un lujo de ricos, es una necesidad vital de la gente más empobrecida en situación de mayor vulnerabilidad; es un derecho democrático y humano”.

Indicó que el segundo reto es promover una gobernanza democrática del recurso, “entendida como un bien común accesible para todos, pero no apropiable por nadie ni como mercancía privatizable”.

Pedro Arrojo remarcó que el agua debe ser administrada con responsabilidad y esfuerzo, “pero no a través de una lógica de mercado, sino desde la colectiva y del sentido comunitario, no dejando a nadie atrás”.

Texto y foto: Agencias