Roberto Dorantes
robertodorantes01@gmail.com
“En consecuencia, dar muerte a todo lo terreno que hay ustedes: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría”.
Acabamos de leer palabras del apóstol Pablo dirigida a los colosenses, por motivo del bautismo y el evangelio que habían recibido recientemente, en esta carta el apóstol insiste sobre el hombre nuevo que surge después de convertirse a Jesucristo.
Palabras que tomadas aisladas son duras, sin embargo, interpretadas dentro del contexto se entienden perfectamente.
¿Ser santo es sinónimo de tristeza y negación?, si alguien se queda con la palabra muerte, causa un impacto negativo en nuestras vidas, ¿negar lo que somos es lo que nos lleva a la santidad? El asceta que vive retirado de la civilización, haciendo penitencia, ayunando, aislado, ¿vive una vida triste?; entonces una vida de negación ¿en eso consiste la santidad?, una vida de muerte ¿en eso consiste la santidad?
Dios y amor se equiparan, Dios es amor, el amor es lo que mueve al universo, el amor logra la plenitud de las personas, luego entonces, Dios no es muerte, negación y tristeza.
Amor en español, eros en griego, love en inglés, cáritas en latín, amour en francés, liebec en alemán, amore en italiano, independientemente del idioma el amor es uno, y los significados de uso común suelen ser diversos.
Amor de pareja, amor al prójimo, amor a la justicia, amor a la patria, amor a los libros, amor a los animales, amor al planeta, amor a la sabiduría, amor a Dios entre otros tipos de amores.
Sin embargo, el amor se da entre dos seres espirituales e intelectuales, porque una de las cualidades del amor es la reciprocidad, propiamente hablando el amor que le tengo a los libros no es amor
No podemos llamar amor a la relación intersexual ocasional y anónima (fornicación); en este aspecto el amor auténtico se da cuando tiene una base electiva e implica un compromiso personal recíproco.
Por eso la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia, la avaricia no pueden llamarse amor porque todas estas afecciones indican un deseo egoísta de posesión, que se define como amor de concupiscencia.
Para San Agustín el amor es una especie de relación, unión de vínculo que liga a un ser con otro; una vida que une o tiende a unir dos seres, al amante y lo que se ama.
Escoto Erígena define el amor de la siguiente manera, “el amor es la conexión y el vínculo, por medio de la cual la totalidad de las cosas se halla unida en inefable amistad y en indisoluble unidad. A justo título Dios es denominado amor, porque es causa de amor y el amor se difunde a través de todas las cosas y a todas las recoge y une y las lleva de nuevo a su inefable punto de partida: el movimiento de amor de cada criatura tiene su término en Dios”.
Lo extraordinario de la santidad consiste en el gozo y conocimiento del Amor, los santos aman intensamente a Dios, viven gozando de Dios que llena el alma y el corazón y les hace sentir interiormente la propia miseria y su misericordia infinita.
