En su sexto día de plantón en el palacio federal, campesinos del Freciez se mantienen al rededor de las oficinas del gobierno federal, en demanda de una solución al añejo conflicto agrario. Los quejosos adelantaron que de ser necesario se quedarán 20 o más días, pues dijeron que los años de lucha les han dado la experiencia y ya montaron casas de campaña, anafres y hamacas para pasar las guardias lo menos incómodo posible.
“La delegada nos cerró el Palacio para que no usemos la energía ni los baños, pero nosotros somos más fuertes, si ya aguantamos más de un mes en la Ciudad de México, acá podremos soportar más”, sentenció don Cando, mientras observa cómo conectan una celda solar para cargar su teléfono y pueda comunicarse con su familia.
Los arbustos se han llenado de ropa y en los jardines se cocina arroz blanco para acompañar los guisos que otros preparan en las fogatas improvisadas. Un hombre con su guitarra canta una triste melodía mientras otros apenas salen de sus tiendas de campaña o ya leen las noticias en el periódico, en su primer domingo en la apacible ciudad capital y con una idea firme en la mente: no dejarse vencer, preparados para aguantar lo que tenga que suceder.
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