Canelo Vs. Chávez: Ganó el negocio, perdió la afición

ECOS DEL DEPORTE

POR MARTÍN ARIAS

Para que el deporte-espectáculo sea posible, tiene que ser negocio. Lo sabemos. Sin embargo, tenemos un problema cuando el “show” no corresponde a las expectativas de la magna campaña publicitaria. Y en tiempos recientes, el boxeo no tiene un sano equilibrio espectáculo-negocio en sus peleas estelares.

El resultado de la pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Julio César Chávez Jr. no tiene cuestionamiento. El tapatío hizo lo que quiso sobre el cuadrilátero contra el “Hijo de la leyenda”: manejó su jab de forma excelente, sus combinaciones fueron certeras y no tuvieron oposición, botó en piernas, usó la cintura a placer, manejó el centro del cuadrilátero con mucha facilidad y borró por completo a un “Julito” que no quiso aprovechar su última gran oportunidad como boxeador.

El Canelo mostró una vez más que es mucho mejor peleador de lo que muchos piensan, pero ahora por fin tendrá que demostrarlo en la pelea que todo el mundo pide: contra el campeón kasajo Gennady Golovkin. El duelo era totalmente obligatorio, aunque se haya pactado con las reglas del Canelo y de Golden Boy Promotions, y no con las del Consejo Mundial de Boxeo como debió pactarse hace un año.

El “combate” entre Canelo y Chávez Jr. terminó siendo la plataforma ideal para comenzar la promoción de la función contra Golovkin, lo que debe reconocerse a Óscar de la Hoya y Golden Boy Promotions por llevar el boxeo al siguiente nivel: nunca antes se había anunciado la siguiente pelea de un boxeador estelar inmediatamente al término de su última pelea.

El negocio del Canelo sigue siendo más que redituable para el jalisciense y la promotora que lo maneja. En una pelea tan desequilibrada Canela se llevó 5 millones de dólares y hasta el mismo Chávez Jr. alcanzó la jugosa cantidad de 3 mdd por salir da dar una lamentable exhibición.

Ahora bien, el boxeo, aún en su “crisis deportiva”, sigue generando mucho dinero. Pero, ¿y el aficionado? ¿El principal activo del espectáculo está realmente contento con lo que está viendo? No es un secreto que varios de ellos están tristes y molestos por lo visto la noche del pasado sábado en la Arena T-Mobile, en Las Vegas. Acostumbrados a ver peleas con el más puro estilo mexicano, de confrontación ofensiva, como la Barrera-Morales, la Chávez-De la Hoya, la Zamora-Zárate o la de Vázquez−Márquez, tuvieron que guardarse los gritos y la adrenalina en la pelea que prometía poner la tradición boxística nacional en los primeros planos.

El negocio ganó, pero el aficionado perdió. No hay más. No se puede ser menos exigente cuando se vende un espectáculo de la manera en que se hizo con la Canelo-Chávez Jr. y que terminó por decepcionar. El Canelo no tiene la culpa, él hizo lo que tenía que hacer. Esperemos que por fin su combate contra Gennady Golovkin, el próximo 16 de septiembre, termine por acabar con las dudas sobre su calidad o desmienta de una vez por todas los espejismos.

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