Rodeada de algunos de sus familiares, ya que tiene 200 nietos, señala que se duerme antes de la 9 de la noche y que tiene hermanos longevos
OXKUTZCAB. Vivir más de 60 años en estos tiempos es algo memorable, sobre todo porque hemos atravesando casi dos años de pandemia en el que en todo el país han fallecido 302,228 personas por causa de la pandemia y en Yucatán la cifra asciende a 5,497.
El escritor argentino Jorge Luis Borges, cuando cumplió 80 años y le preguntaron ¿cómo se sentía?, respondió que es un abuso vivir tantos años. La centenaria mujer ha abusado, ya que ha vivido 20 años más. Indiscutiblemente ha sido muy bendecida con su larga vida.
Victoria, a pesar de su edad, tiene una memoria lúcida, ella recuerda haberse casado a los 12 años con Cayetano Chin, quien falleció a los 88 años, hace ya más de 2 décadas. Ella recordó que era apenas una niña cuando vino la plaga de las langostas que afectó a casi toda la península, lo que originó una escasez de alimentos.
Dijo ser originaria de Mayapán y que ella y su esposo estuvieron viviendo en varios lugares hasta que llegaron a Oxkutzcab lugar en donde procrearon 19 hijos, pero 7 de ellos fallecieron a muy temprana edad de los 12 que sobrevivieron 10 actualmente están con vida.
Victoria Uc es de familia longeva, actualmente le sobreviven 3 hermanos, su hermano Nicomedes tiene actualmente 103 años, Timoteo tiene 98 años y Miguel tiene 96 años. Todos ellos actualmente viven en Mayapán.
Victoria se duerme antes de las 9:00 de la noche, ella casi no ha padecido de enfermedades y ha sido testigo del paso de varias décadas en las que la situación económica ha sido difícil, pero que ha sabido salir adelante.
La familia de Victoria suma cerca de 200 nietos y casi un centenar de bisnietos. Pidió que para su cumpleaños se coma relleno negro y que para su pastel ella estuvo reuniendo parte del dinero porque le gusta siempre participar. Los valores de la unión familiar aún persisten en esta familia, que se siente orgullosa de celebrar con la gran abuela sus 100 años de vida.
Texto y foto: Bernardino Paz Celis
