Acusan que el producto de la marca Arabian Cement se reseca rápido y afecta la integridad física de los trabajadores de la construcción.
El interés de un grupo de regiomontanos por comprar cemento a precio más barato para luego venderlo más caro trajo consecuencias. Albañiles sufrieron una fuerte intoxicación y problemas en la piel. El producto de la marca Arabian Cement, según trascendió, fue traído desde Turquía, por lo que se hizo un llamado a los constructores a evitar su adquisición.
El arquitecto Rubén Pech, uno de los afectados, exhortó a las autoridades por la llegada de este tipo de material corriente ya que puede traer problemas más serios.
Según cuenta, aprovechando la oportunidad que se dio en el momento, compró varias toneladas para una obra que están realizando dentro de Mérida; sin embargo, más se tardó en trasladar el producto en que éste ser resecara en su mayoría, por lo que no se pudo utilizar para culminar la obra.
Pero el cemento seco no fue la única sorpresa, también lo fue el malestar que causó entre sus trabajadores, entre ellos, uno de sus albañiles con iniciales M.D.C, pues no quiso dar a conocer su nombre.
Explicó que el cemento le causó ardor intenso, una sensación de picor y alergia a la piel, tras tener contacto directo.
—Procurando un bienestar de apoyo económico nos salieran las contraproducentes, así como exponer la integridad física de nuestros trabajadores. Por eso, hacemos un llamado a la ciudadanía en general que compren material conocido —expuso Rubén Pech.
Según compartió, el cemento importado de Turquía fue producido en Egipto y arribó a Mérida a través de Puerto Progreso. Al parecer se está vendiendo en una bodega ubicada en la localidad de Teya, rumbo a la salida a la carretera que se dirige a Cancún.
Texto: Jesús Gómez
Fotos: Cortesía
