Comercio informal, dolor de cabeza

Cifras del Inegi arrojan que el ambulantaje se incrementó entre el segundo y tercer trimestres del año en curso

La informalidad en Yucatán es un problema que en varias ocasiones los líderes empresariales han señalado por ser una competencia desleal para aquellos que pagan sus impuestos, y no es para menos, pues el ambulantaje continúa su crecimiento en el Estado, según revelaron datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al aumentar en un 0.4% entre el segundo y tercer trimestres del año en curso. 

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) del Inegi arrojó que durante el tercer trimestre del año la población ocupada, que en el segundo trimestre era de un millón 159 mil 96 personas, disminuyó a un millón 130 mil 45 en tercero periodo del año, por lo que 29 mil 51 dejaron de formar parte de este sector de la población económicamente activa.

Para sorpresa de todos, la población desocupada también registró una reducción, ya que en el segundo trimestre había 29 mil 915 personas sin empleo y en el tercero 27 mil 249, lo que indica que cierto porcentaje de población con empleo prefirió dedicarse a negocios propios (informalidad) o conseguir un empleo de medio tiempo. 

Esto último se vio reflejado en los indicadores de informalidad laboral y subocupación, pues las cifras brindadas por el Inegi durante el segundo y tercer trimestres del año lo demuestran, ya que la informalidad pasó de 61% al 61.4% entre ambos periodos, y la subocupación, de 26.4% al 27.1%; esta última fue la opción que más eligieron las personas, pero sin quitarle mérito a la informalidad, ya de por sí preocupante por el alto nivel que representa. 

Caso contrario sucede con la capital yucateca, en el que la población que pertenece al sector informal se redujo en un 0.6%, pues el indicador de informalidad laboral pasó 49.7% a 48.3% en relación a la población ocupada, la cual en el tercer trimestre fue de 597 mil 58 personas y el periodo anterior, de 593 mil 899. 

Sin embargo, la tasa de ocupación en el sector informal fue del 27.5%, tasa mayor que la del segundo trimestre del año, que fue del 27.1%, lo que muestra que el indicador de informalidad laboral está cambiando de forma más rápida que en periodos anteriores, por lo que en lo que resta del año las cifras pueden cambiar drásticamente. 

Cámara de Comercio advierte sobre el problema 

La cara más visible del comercio informal es el ambulantaje que se da en el Centro Histórico. Hace unos días, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Mérida (Canaco Servytur), Iván Rodríguez Gasque, mencionó que sostendrá una reunión con las autoridades municipales para contrarrestar este tipo de actividad que se dispara en las fechas de fin de año. 

El líder empresarial comentó en entrevistas anteriores que el sector comercial espera con ansias esta temporada, por el incremento económico que representa, ya que debido a la pandemia se habían mantenido con las ventas al mínimo y este último trimestre del año se espera la recuperación parcial del sector, pues las compras de Navidad y Fin de Año son el último escalón que dará oxígeno a los comercios locales. 

La estrategia planteada a las autoridades es poder reubicar a los comerciantes que se dedican al ambulantaje en otra zona del Centro, como el mercado San Benito, el cual ha tenido bastantes mejorías en los últimos años, y beneficia el flujo de la gente que transita por los negocios de la principal zona comercial de la ciudad. 

En entrevista realizada ayer, Rodríguez Gasque señaló que esta estrategia es importante porque va de la mano con la sana distancia, qué es una de los las medidas indicadas por la Secretaría de Salud (Ssa) para mantener a raya los contagios por el coronavirus, pues a pesar de que ya estamos en semáforo verde, la pandemia no se ha terminado. 

Resaltó que la informalidad es un problema complejo que requiere la participación de todos los niveles de gobierno para poder hacerle frente, en especial por su dinamismo, pues un día puede haber 15 vendedores ambulantes en el Centro y al siguiente unos mil, y después 300. 

Manifestó que no se tienen datos sobre cuánto podría ser la afectación económica que dejan la informalidad y el ambulantaje, pues es algo muy difícil de medir; sin embargo, aseguró que es un hecho que este problema trae consigo consecuencia, ya sea a los comercios o a los distintos niveles de gobiernos.

-Siempre han señalado que existen dos tipos de ambulantaje: el de los comerciantes artesanos que se dedican a vender lo que fabrican para generar el sustento que llevan a sus familias, y el organizado, es decir, el comercio informal donde te topas con el mismo producto en distintos puntos de la ciudad, a un precio más barato, y que muchas proviene de mercancía robada o de productos que entran de manera ilegal al país -explicó. 

En este sentido, manifestó que un primer esfuerzo debe estar enfocado en que todos los actores involucrados deben estar enterados y tener claro que la informalidad y el ambulantaje son actividades ilegales que no pueden ni deben existir, por todo lo que implican en las injerencia de cada uno de los tres niveles de gobierno, desde el ingreso de las mercancías al país, que incumbe al gobierno federal, hasta su transportación en carreteras estatales, y la presencia en los espacios públicos municipales. 

Con respecto a los avances que ha tenido en sus pláticas con las autoridades, mencionó que en los próximos días instalarán mesas de trabajo permanentes para darle seguimiento puntual a todo lo que surja de los encuentros, pues consideró que solucionar el problema no es algo que se pueda dar tan rápido como se desea. 

Texto y fotos: Diego Cervantes

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