Condenan a Medina Sonda por el delito de feminicidio agravado

“Yo soy gaby y exijo justicia. Soy la voz de su ausencia, soy su madre, a mí me duele, a todos nos duele lo que le han hecho a Gaby, ¡justicia!”, expresó Ligia Canto Lugo tras darse a conocer el fallo condenatorio en contra de Martín Alberto Medina Sonda por el delito de feminicidio agravado.

También se sentenció a Juan Ramón Moreno Hernández, alias “El Cachorro”, por el homicidio calificado de Emma Gabriela Molina Canto, ambos como coautores.

Cabe señalar que esta audiencia solo fue condenatoria, por lo que en un plazo de cinco días se dictaminará la sentencia, misma que para la activista Adelaida Salas Salazar no debe ser menor a los 50 años por el delito de feminicidio.
La audiencia estuvo presidida por los jueces del tribunal primero del Poder Judicial del Estado de Yucatán Fabiola Rodríguez Zurita, Níger Desiderio Pool Cab e Ileana Georgina Domínguez Zapata, quienes emitieron un fallo condenatorio de manera unánime.

Ahí, el juez relató, por cerca de una hora 30 minutos, las pruebas desahogadas que inculparon a los antes mencionados confirmando la violencia física, psicológica y económica que sufrió M. C. durante 16 años, y que culminó en feminicidio.
Tras un receso, doña Ligia Canto se dijo contenta porque se hizo justicia, ya que este es un escalón durante el proceso; sin embargo, lamentó que el hoy condenado sigue empeñado en manchar la memoria de su hija, “y sigue insistiendo en decir yo soy la víctima, sigue insistiendo en decir que la señora tiene la culpa”.

“No sé qué es lo que se necesita, qué falta de perspectiva, sensibilidad y que ausencia de sentido humano hacia las mujeres, pero estoy contenta porque ahorita, aún en contra de una resolución, el señor está condenado por feminicida, porque eso es, ¡un feminicida!”, añadió.

Señaló que el caso de M. C. demostró a todas las mujeres que no deben callar y que deben luchar por ser respetadas y no considerada más, sino iguales.

Por su parte, la activista Adelaida Salas Salazar señaló que el fallo le hace un poco de justicia, ya que, si bien se contempla al autor intelectual, no así la violencia institucional que E. G. vivió por parte de jueces, juezas, magistrados, magistradas, Fiscalía, entre otras personas, por varios años.

“Es un fallo que esperábamos, no pudo ser de ninguna otra manera. Había las pruebas suficientes y no esperábamos otro fallo que no sea este”, expuso.

Conforme a la sentencia, M. S. recibiría, abundó, una pena máxima y aunque actualmente en Yucatán es de 60 años, la ley no es retroactiva, por lo que se esperan 50 años. “No esperamos menos para que se pueda hacer un poco de justicia”.

Texto y foto: Jesús Gómez

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