Afectados por el fraude de la Caja de Ahorros exigen que les dejen ver sus expedientes, para que verifiquen que vayan completos ante el juez y no se queden sin la justicia que por años han solicitado
Unas veinte personas afectadas por el fraude de la Caja de Ahorros Crecicuentas se manifestaron ayer viernes en las instalaciones de la FGE y denunciaron tortuguismo político y mala integración de expedientes, por lo que al llegar al juez son rechazados y eso beneficia a la familia A. L., afirmaron.
Con mantas y pancartas, en las que acusan a destacados políticos, los afectados pidieron que les dejen ver sus expedientes para que verifiquen que vayan completos y no se queden sin la justicia que por años han solicitado.
Lamentaron que la administración estatal esté al final de su período y no haya solucionado su problema, que data de hace siete años cuando la caja de ahorros quebró afectando a cientos de meridanos y otros municipios, principalmente del sur del estado.
Raquel Sosa Angulo, cuya madre ya fallecida depositó un millón 570 mil pesos, y desde hace varios años encabeza la lucha de los afectados por el millonario fraude de 800 millones de pesos, afirmó que la FGE no incluye en los documentos que envía a los juzgadores las pruebas testimoniales que hunden a los responsables del ilícito.
–Nosotros pedimos ahora que se diga donde están expedientes de las personas que están aquí pero no se nos quiere entregar, no se nos quiere dar razón de quien los tiene o quien nos puede decir a quien nos dirigimos para exigir copia– afirmó.
Lamentó, sin mencionarlo por su nombre, que el Fiscal del Estado no haya hecho nada por ampliar las investigaciones del fraude.
-En verdad creemos que hay premeditación en que se mandaron los expedientes mal integrados porque llegan a un juez y no tiene todo lo que debe llevar, no esta complementado, simple y sencillamente dice que no procede– argumentó.
En ese sentido, dijo que son más de seis años que llevan luchando por recuperar sus ahorros, luego que la caja de ahorros cerró sus puertas en 2012 sin mayor aviso, lo que afectó principalmente a adultos mayores que incluso perdieron la vida por la depresión que les generó tal situación.
Texto y foto: Esteban Cruz Obando
