Editorial de Peninsular Punto Medio

Es un hecho que la política energética de México tiene como finalidad única garantizar la soberanía en ese sector, y por ello es que se ha construido la nueva refinería de Dos Bocas (Olmecas), se han dado mantenimiento a las otras seis y se adquirió el 100% de la Deer Park, en EU.

Hace dos días el propio Pemex informó que la refinería propiedad de México en Texas procesa el 25% del Sistema Nacional de Refinación, según la información entregada a inversionistas y difundida en los mercados de valores de México y EU.

Se señala que en el primer trimestre alcanzó un volumen procesado de crudo de un millón 104 mil barriles diarios en promedio, de los cuales 282 mil barriles corresponden a los trabajos de la refinería texana y 822 mil barriles a los realizados por los complejos que operan en el país en Tula, Salamanca, Cadereyta, Salina Cruz, Madero y Minatitlán.

Pero en las últimas horas ha llamado la atención que Estados Unidos y Canadá se han unido en una controversia por la preocupación que tienen sobre el posible incumplimiento del T-MEC por la política energética de México.

Ambos gobiernos anunciaron consultas por una controversia comercial, pues conforme a lo señalado, la política energética es violatoria del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.

Pero la polémica escaló mucho más porque la respuesta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en su mañanera de ayer respondió con una clásica canción de Chico Ché: “Uy qué miedo, mira cómo estoy temblando”.

Las críticas a esa respuesta se vieron en Estados Unidos, pero donde más sonaron fueron en México, donde los opositores las capitalizaron como bandera para criticar a López Obrador.