La sucesión presidencial se adelantó desde hace ya un año, pero el sábado pasado se definió en el Zócalo capitalino, en el marco del festejo por el 85o. aniversario de la Expropiación Petrolera, que fue el legado del presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Por lo menos, así lo señalan diferentes analistas políticos tras el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, que hasta hoy abordamos, pues se nos atravesó el fin de semana.
Los que saben del análisis político señalan que López Obrador ya definió que su sucesor o sucesora deberá seguir con el proceso de la Cuarta Transformación, y dijo que no cometerá el mismo error que el propio Cárdenas del Río, cuando decidió apoyar a Manuel Avila Camacho en lugar del general Francisco J. Mújica, como su sucesor.
Lo que sí dejó en claro López Obrador, y lo ha repetido, es que “los que vienen después serán más duros que yo”.
En ese contexto, los favoritos de López Obrador serían la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubon, quienes, de hecho, son los que encabezan las encuestas que publican medios de comunicación.
Por ello, hay que analizar el libro que ayer presentó el canciller mexicano, pero también lo que dijo: se echó porras de que es el más preparado y listo para suceder a López Obrador entre gritos de ¡Presidente!
“Mi libro ´El camino de México´, lo escribí con mucho gusto para compartirles más de mi trayectoria, mi trabajo actual y las ideas que tengo para el futuro de nuestra patria”, dijo el Canciller en el Palacio de Minería, donde fue el evento, en el que estuvo acompañado por Elena Poniatowska y Ricardo Raphael.