Yoisi Moguel
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El anuncio del regreso a clase, que será a través de canales de televisión en cadena abierta, así como por internet, deja encontradas reacciones entre padres de familia, docentes, autoridades y el sector empresarial, que anticipan que el tan esperado retorno a las aulas no será igual a otros años en la derrama económica.
En esta nueva realidad, lo único cierto es que el coronavirus ya cambió todo, al imponer condiciones en la forma de trabajar y ahora de estudiar, con afectaciones a todos los sectores, y en especial a los padres de familia que por cuestiones económicas no cuentan con televisión o internet para que sus hijos puedan tomar el curso escolar.
La nueva normalidad trae para algunos sectores complicaciones que serán muy difícil de subsanar, quizás siendo el más perjudicado aquella parte de la población que al no tener ingresos se han visto en la penosa necesidad de deshacerse de equipos, muebles de sus hogares, vehículos para subsistir en la espera de que llegue pronto la recuperación.
Así quienes no tengan internet, una computadora, tv y celular no podrán reincorporarse al inicio de clases del ciclo 2020-2021.
Y es quizás aquí donde las autoridades no previeron ese detalle, que miles de mexicanos se quedaron sin empleos, a otros se les disminuyeron sus ingresos, y la gran mayoría viven al día, eligiendo entre el alimento familiar o tener equipos tecnológicos.
El coronavirus nos mostró cómo andamos como país en rezagos en muchos sectores, como el tecnológico, donde será difícil sin esa herramienta mantener activa la dinámica educativa, comercial, de comunicación y protección.
Esta situación se acentúa en las comunidades rurales apartadas de las cabeceras municipales, donde en muchas de ellas no llega la señal de televisión, servicios de televisión de paga o internet, lo que pone en desventaja a los niños de esas poblaciones, pues no saben de que manera se reincorporarán a las clases para el ciclo escolar 2020-2021.
