Educación para el futuro, pensando en el presente

Salvador Castell-González 

Esta semana es el Día Mundial de la Educación y el Día Internacional de la Educación Ambiental. Por eso, en esta ocasión quiero hablarles del enfoque actual de la educación, que se le ha denominado educación futurista, que a mí en lo particular no me gusta el término, pero sí lo que busca. 

La educación para el futuro es una línea de investigación y pedagógica que intenta establecer el concepto de ciudadano después del 2030, qué tipo de personas necesita el mundo, sus capacidades y valores. Este futuro ciudadano debe ser más empático con su entorno y menos consumista, reproducirse de manera responsable y todos los atributos que podamos considerar positivos al momento de establecer la “comunidad ideal”. 

El único tema de la educación para el futuro es que llevamos años preguntando cómo y muy pocos proyectos ya montados. 

Otra ausencia en esta educación es la reeducación de los ya presentes, considerando de cierto modo que no va cambiar las sociedades actuales.  

Por eso estoy lanzando está propuesta de educación para el futuro, pero pensando en el presente, reformando a los que ya estamos presentes para que estos futuros ciudadanos tengan donde ejercer su ciudadanía. 

También es importante reconocer la ausencia del panorama negativo, es decir, estamos preparando a los futuros ciudadanos para poder establecerse en la tierra del futuro, pero no se considera el deterioro de la misma, lo que podría ocasionar que estos ciudadanos del futuro estén preparados para una tierra que ya no exista. De este modo, esta educación para el futuro, pensando en el presente, debe incluir también el panorama post 2030 en su planeación, e invertir mucho más esfuerzo en la conservación de nuestro entorno para tener un panorama más amable para estos ciudadanos del futuro. 

Es aquí donde esta educación para el futuro debe fortalecer un deseo que poco apoco se vuelve más común, el deseo de ser sustentable, dándonos las herramientas y conocimientos para incidir de manera positiva en las actividades económicas, respetando nuestros ecosistemas y asegurando recursos para estas generaciones del futuro. 

Esta educación debe fortalecer los valores e impulsar que todos tengamos el sentimiento de quiero ser sustentable, responder al cómo y al qué. 

Debe ser una sociedad pensada con respeto en los derechos humanos, con la ciencia y los saberes ancestrales como canon, sin felicidad basada en el consumo, sin violencias, con sus seguridades satisfechas. 

Pero la única pregunta que importa es: ¿Tú estás dispuesto a cambiar o le dejamos la chamba a nuestros hijos y las próximas sociedades?  

Y ¿qué opinas? ¿Estás de acuerdo con la educación para el futuro pensando en el presente, reeducar a los que ya estamos y comenzar a formas sociedades menos destructivas para no seguir con este suicidio colectivo? No sé tú, pero yo quiero ser sustentable.