El Cementerio General de Mérida

Declarado en 2003 Patrimonio Cultural Municipal, el Cementerio General fue construido en terrenos de lo que fue la hacienda ganadera de San Antonio X-Coholté, ubicado en el Camino Real a San Francisco de Campeche. (El parque de Santa Lucía fue el primer camposanto de Mérida).

Fue inaugurado el lunes 3 de noviembre de 1821 y tres días después se llevó a cabo el primer entierro, el del teniente retirado Felipe Trejo, según consta en el documento “Las manifestaciones artísticas de la ciudad de los muertos: El Cementerio General de Mérida, Yucatán, México”, de Nicte-Há Gutiérrez Ruiz y Raúl Enrique Rivero Canto.

Los últimos propietarios de X-Coholté antes de que fuera convertido en camposanto fueron Joaquín de Lara y de la Cámara, fallecido en mayo de 1819, y su viuda María de la Luz Cepeda y de la Cámara, y de acuerdo con Raúl Lam Medina, descendiente del matemático cubano, Wilfredo Lam, quien es el encargado de guiar los paseos que se realizan todos los miércoles en este enigmático lugar, al fallecer el dueño sin dejar descendencia, la propiedad quedó en manos de unos hermanos de la esposa del hacendado que eran sacerdotes, por lo que como parte de su obra de piedad destinaron el espacio para el descanso de los restos mortales de las personas.

A 198 años de distancia, el Cementerio tiene una gran importancia porque refleja el estatus social de las familias que en el pasado habitaban la capital yucateca, donde se pueden apreciar humildes tumbas u osarios donde reposan los restos de quienes no tenían posibilidades económicas, que casonas y mausoleos construidos inclusive con mármol de Carrara, como el de la familia Zavala.

De la misma manera se puede observar la cosmogonía judío cristiana con un ángel que se ubica en la glorieta ubicada frente a la Casona Principal, que hasta hace unos años funcionaba como oficina y en la actualidad alberga a un pequeño museo.

-Esta imagen que tiene a un niño en brazos, al que el ángel le indica el cielo. Nos recuerda que, si no somos capaces de dejar el ego, los miedos, las iras y las envidias, no podremos heredar el reino de Dios– explicó Lam Medina, quien posteriormente señaló la figura de un alma en pena que, atado con cadenas, refleja el dolor y que no puede dejar de llorar ni de sufrir en este plano terrenal.

Durante el recorrido se visita el busto de Felipe Carrillo Puerto, frente al muro donde él y sus once compañeros fueron fusilados el 3 de enero de 1924, sitio en el que es posible ver agujeros causados por las balas. A unos metros se encuentra la tumba de la periodista estadounidense Alma Reed, compañera del “Dragón de los Ojos Verdes”, y que se dice inspiró “Peregrina”.

Y si usted se pregunta de dónde surgió el famoso dicho “lo engañaron como chino”, la respuesta se encuentra en el Mausoleo Chino, donde reposan los restos de más de 4 mil personas originarias del gigante asiático, a quienes se les trajo al estado diciéndoles que en Yucatán el dinero salía de la tierra, haciendo alusión al henequén. Lo cierto es que fueron esclavizados y no había manera de que, como lo hicieron los coreanos, le advirtieran a sus paisanos que ya no vinieran.

En la puerta hay dos letreros en chino que en un lado de la puerta principal dice: “Aquí te extrañamos” y del otro: “Un día nos vamos a reencontrar”.

En la parte posterior de este mausoleo, a través de las ventanas se pueden observar en el sótano, varias pitas o bolsas de harina o azúcar que contienen huesos, de personas de origen chino que por la falta de espacio han sido retiradas de los osarios o las tumbas.

Texto y fotos : Manuel Pool Moguel

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