El Covid-19 agudiza el sedenterismo

Debido a las secuelas del covid-19, los atletas aficionados se alejan del ejercicio físico, mientras que los de alto rendimiento bajan el ritmo

La pandemia por covid-19 ha ocasionado una crisis económica como no se veía desde la Segunda Guerra Mundial, además del impacto brutal ocasionado entre millones de familias en todo el planeta al perder a seres queridos, así como a la salud en general y a quienes practican alguna actividad física o deporte. En ese contexto, el sedentarismo se ha agudizado en nuestro país y es la puerta para enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes y obesidad. 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que la mayoría de los mexicanos no realiza ejercicio ni deporte. De acuerdo con los datos del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (Mopradef 2020), en el país solamente el 38.9% de la población de 18 años declaró ser activa físicamente.

El coronavirus aumentó el problema, aunque principalmente fue para los que iniciaban en la actividad física, ya que los atletas se las ingeniaron para continuar esta labor.

Como se sabe, durante el confinamiento, y hasta que no estuvo en semáforo verde la entidad, se cerraron las unidades deportivas, lo que propició una disminución en el número de practicantes de ejercicio. Hay quienes, una vez abiertos los espacios deportivos, reanudaron sus actividades físicas.

Menos corredores

Un asiduo corredor a la Unidad Deportiva Kukulcán, Gabriel Palomo, dijo que únicamente dejó de activarse unos meses.

“Veníamos, pero la policía me decía que me fuera a mi casa, me puse a correr por mi rumbo, hasta que se permitió correr afuera del Kukulcán”, relató.

Señaló que bajó drásticamente el número de corredores y de gente que camina, “pero los que llevamos mucho tiempo sólo hizo que nos adaptemos”.

Sedentarismo

De acuerdo al docente en la Licenciatura de Fisioterapia en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad León, Mauricio Ravelo Izquierdo, el sedentarismo es un estilo de vida que se agudizó con la pandemia.

También es el resultado de la poca educación que se tiene en cuanto a la actividad física.   

“El sedentarismo es estar viendo televisión todo el día, no pararse del sillón, deambular lo mínimo indispensable por la casa, no salir ni siquiera a realizar ciertas actividades de mediana o de una ligera actividad dentro de la casa como es limpiar, como puede ser estar haciendo alguna actividad en cocina. Es estar verdaderamente en un lugar con un exceso de reposo durante varias horas al día”, explicó.

Permanecer horas en una sola posición provoca cambios posturales, se pueden lastimar los músculos, puede provocar osteoporosis y fracturas. Hay disminución de fuerza muscular, degeneraciones de leves a moderadas como la artritis. Además, hay aumento de triglicéridos y colesterol por el aumento del sobrepeso y la obesidad, e incluso existe el riesgo de padecer problemas cardiacos.

Aunque estemos en casa, es importante planear un sistema de activación física, es decir, aprender a realizar un programa de ejercicio y en principio, pensar en una actividad que sea de nuestro agrado para llevarla a cabo de manera continua.

Adaptación

Por su parte, Luis Chablé, quien es un apasionado del atletismo y entrena con un grupo de corredores, coincidió con Palomo al afirmar que quienes tienen muchos años en esta actividad sólo se tuvieron que adaptar. “Apenas en enero se reabrió la Unidad Deportiva Kukulcán y durante más de un año se corrió afuera”, recordó.

Consideró que un buen número de corredores se alejó, “hay quienes también son muy intermitentes, no vienen diario y estos son a los que se le complica regresar”, añadió.

En tanto, Alejandra Díaz Cárdenas contó que debido a que aumentó de peso durante la pandemia, optó por regresar al gimnasio y un amigo que iba a correr al Kukulcán la invitó y fue así que ahora combina ambas actividades.

“Mi amigo dice que no se me complicó demasiado, ya que como cuando tenía 17 años fui corredora durante más de un año que luego dejé y hasta ahora que lo retomo. Tengo 40 años”, comentó. Ahora lleva 6 meses en el gimnasio, entrena dos horas diarias de lunes a viernes y ha bajado 15 kilos.

Pandemia y estrés, factores para el insomnio 

La actual crisis del coronavirus también ha propiciado que algunas personas padezcan insomnio.

Algunos expertos incluso tienen un término para ello: “coronasomnia” o “covid-somnia” (insomnia significa insomnio en inglés).

Este es el fenómeno que afecta a personas de todo el mundo cuando experimentan insomnio relacionado con el estrés de la vida durante el covid-19.

Estudios demuestran que no dormir lo suficiente o hacerlo mal aumenta el riesgo de presión arterial alta, enfermedad del corazón, accidente cerebrovascular, enfermedad del riñón, obesidad y diabetes tipo 2.

Para los adultos, dormir menos de siete horas por noche con regularidad se vincula con un estado de salud deficiente, que incluye aumento de peso, un índice de masa corporal de 30 o más, diabetes, presión arterial alta, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y depresión.

Al respecto, el ciudadano Julio Méndez Chi indicó que actualmente duerme sus ocho horas, pero hace seis años sólo dormía como 5, ya que tenía dos empleos y comenzó a “alentarse”, al grado de que tenía que revisar en varias ocasiones al salir de su casa si le puso seguro a la puerta.

“La salida en la mañana era muy estresante, ya que como tenía que cerrar todo en ocasiones solía regresar para verificarlo; por la tarde no tenía ese problema, ya que mi ex esposa ya estaba en la casa”, manifestó.

Indicó que las vacaciones en uno de sus trabajos le ayudaban muchísimo, pero que sólo fueron dos semanas y luego regresó la rutina de meses durmiendo poco.

Dijo que tuvo que cambiar su modo de vida hasta que se desmayó en un camión, debido al poco tiempo que dormía. Su matrimonio fracasó y ahora ha cambiado sus hábitos.

Texto: Darwin Ail

Fotos: Cortesía