El crecimiento urbano de Mérida, de la noche a la mañana

Al cierre de la primera mitad del Siglo XX, la capital yucateca contaba con 39 colonias, y para 1998 ya había 423 áreas habitacionales

Haciendas henequeneras como Pacabtún, Wallis y La Macarena son parte del recuerdo de la Mérida de principios de siglo. Hoy son pobladas colonias integradas a la urbanidad metropolitana.

En su obra “Mérida y las Haciendas en el siglo XX”, la Dra. Blanca Paredes Guerrero nos recuerda que el incremento en la superficie urbana de Mérida se dio a partir de la incorporación de tierras, sobre todo de antiguas haciendas cercanas, en donde entre 1920 y 1940, se habitaron 16 colonias distribuidas en los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Al cierre de la primera mitad del siglo XX, Mérida ya contaba con 39 colonias, de las cuales su mayor número se registró después de 1936.

Un dato interesante consiste en que el pueblo de Itzimná quedó incorporado a la ciudad de Mérida el 8 de febrero de 1941 constituyendo su cuartel décimo, según el decreto 322 de la XXXV legislatura constitucional, mientras que en 1945 se formó la Colonia México y un año después surge la Cortés Sarmiento. En 1949 se inició el fomento de la colonia Pensiones para empleados federales y en 1950 quedó inaugurada la Colobia Alemán.

Otro momento cumbre del proceso de urbanización de Mérida ocurrió al finalizar los años 70,  cuando la producción de agave local que había sobrevivido a la extinción de las haciendas en los años 30 quedó cancelada definitivamente en Yucatán después de casi un siglo de existencia de la agroindustria henequenera, acontecimiento que impulsó a los habitantes rurales hacia la ciudad de Mérida en busca de fuentes de empleo, proceso de urbanización que modificó radicalmente el porcentaje (31.9%) que representaba la población Mérida en la urbana dentro del total de la entidad.

Así es que los migrantes de las haciendas, campesinos de bajos recursos, ocuparon las colonias populares, según señala la referencia, al pueblo de Chuburná y su núcleo de antiguos trabajadores de las fincas que se reconcentraron en colonias como la Francisco I. Madero, San Marcial, Delio Moreno Cantón  Dolores Otero y Melitón Salazar.

Para preparar tierras en términos legales e introducirlas al mercado de los bienes raíces, entre los años 70 y 80 ocurrieron múltiples decretos presidenciales a solicitud de dependencias de gobierno para enajenar núcleos ejidales (como eran nombrados las tierras de ejidatarios que provenían de ex haciendas y que habían sido repartidas entre campesinos y pueblos).

Entre los núcleos expropiados para infraestructura, en 1973 estuvieron los correspondientes al núcleo ejidal denominado Xoclán  a favor del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos S.A. que se destinaron para la construcción del rastro municipal y, anteriormente,  los del núcleo ejidal denominado Xcumpich,  estos a favor del gobierno del Estado de Yucatán para destinarse al establecimiento de un complejo industrial para la explotación de henequén por parte de la dirección general de Cordemex S.A. de C.V.

Para 1977 en Mérida se habían desarrollado 76 colonias y, por ejemplo, todavía existía una distancia que separaba la mancha urbana del fraccionamiento Pacabtún y de la colonia Revolución o Cordemex, que se encontraban dentro del área delimitada por un anillo periférico, pero la ciudad todavía tenía grandes áreas sin densidad constructiva.

Interesante es saber que sobre el territorio de la  Hacienda Pacabtún, cuyo casco es hoy parte de una empresa embotelladora, que abarcaba diversas colonias como Mayapan, Pacabtún, Nueva Pacabtún y que, por ejemplo, los terrenos de la colonia Los Reyes fueron parte del ejido de Chuburná.

Al llegar el año 2000 el crecimiento de la ciudad fue inmediato debido a que las propias enajenaciones funcionaron para activar una alta especulación del suelo e impulsar el negocio de bienes raíces, sobre todo en torno a crecimientos habitacionales populares o de grupos medios, ocasionando que el perímetro del anillo periférico se desbordara para abarcar más tierras de otras haciendas o pueblos  ubicados al oriente y sur oriente como el de Mulchechén y Santa Isabel, pertenecientes al municipio de Kanasín y también Chichí Suárez, además de Itzincab.

En 1998 había un total de 423 áreas habitacionales en la ciudad de Mérida divididas en 150 colonias, 233 fraccionamientos, 21 privadas y estaban ya lotificados 19 fraccionamientos más.

Texto: Manuel Pool Moguel

Fotos: Cortesía

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