El nuevo mundo

Mario Barghomz
mbarghomz2012@hotmail.com

¿A qué le llamamos nuevo mundo? ¿Al mundo del primer paleolítico después de la Era Cámbrica? ¿Al mundo del neolítico luego del paleolítico y el uso de herramientas sofisticadas para su tiempo, el descubrimiento del cultivo y la domesticación de animales? ¿Al primer período del homosapiens después del neandertal Y el Cromañón? ¿O al nacimiento de las grandes civilizaciones (que hoy son viejas civilizaciones, quebradas y deterioradas): Egipto, Persia, Babilonia, Siria o el surgimiento también de Grecia en el año mil doscientos antes de Cristo, de donde nosotros los occidentales heredamos la educación y su cultura? ¿O al auge y advenimiento del gran Imperio Romano en el siglo II y I, antes y después de Cristo? Porque cada pregunta aquí responde a un mundo nuevo después de siglos o milenios de existencia.

El evangelista Juan habla también de un mundo nuevo, del advenimiento del “Paráclito” y el “fin de los tiempos”. Era entonces el siglo primero luego de Cristo. Ya pasaron 2 mil años y lo que dijo Juan aún no se cumple a menos que su sentencia la interpretemos como analogía o metáfora, porque cada tiempo del que he hablado ha tenido que morir (desaparecer) para que nazca otro; las pandemias  y hambrunas medievales, el cisma religioso que segmentó y dividió al cristianismo en el mundo, la época de la Inquisición y la aparición de la ciencia, el Holocausto y la dos guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX. ¡Todo ello parecía un apocalipsis! Y en cierto sentido y como lo narra Juan en su Evangelio, lo fue.

De hecho, Juan utiliza en la entrada del principio mismo de su texto, el término “Logos” para referirse al “comienzo”, es decir, a la “Palabra”. “En el principio fue la palabra…” –dice textualmente (Juan 1-1/18). Pero el término “Logos” es una palabra griega que etimológicamente significa “Caos” de donde para los griegos deriva “Todo”; la vida y el universo. Entonces debemos entender que Juan utiliza el término como analogía, haciendo valer literariamente su uso semántico.

Tanto el nuevo mundo de Juan como el de los griegos, se originó a partir del Logos, de la palabra, de caos. Para los Estoicos (para Marco Aurelio, sobre todo) Logos después se convertirá en “lo Divino”, en el sentido y razón de todo; de Dios y la Naturaleza.

Muchos siglos después del Imperio Romano y de Marco Aurelio (más de mil años) el mundo volverá a redescubrirse; ¡volverá a ser nuevo! El imperio Romano había quedado enterrado por las huestes musulmanas y el Cristianismo (antes despreciado y perseguido) se había vuelto poderoso. Había nacido entonces la época del “Renacimiento” (que literalmente significa renovación) y Cristóbal Colón en 1498 descubría el “Nuevo Mundo”.

El mundo volvía a ser otra vez nuevo con el “Racionalismo” de René Descartes y el surgimiento de la ciencia. Y el mundo entonces se renovó, se renovó y se renovó hasta el gran parte aguas de la “Época industrial” del siglo XIX. La aparición de la máquina de vapor, la industria, el ferrocarril, el telégrafo, el invento también del automóvil, la fotografía, la luz eléctrica y los aviones le darán al mundo una cara que antes nadie había visto; como si hubiera sido una cirugía estética que lo hacían ver extraordinariamente joven. ¡Sí! El mundo entonces era extraordinariamente nuevo.

Después de la Segunda Guerra Mundial (1940-1945) europeos, norteamericanos, rusos y japoneses se volvieron potencias mundiales, y afortunadamente han aprendido a negociar sus diferencias antes de volver a hacerse la guerra. Ahora su disputa es por el espacio, la economía global, la ciencia y la tecnología.

Para la ciencia son claras tres grandes revoluciones a partir de 1850 en que fue publicada “La evolución de las especies” de Charles Darwin; La primera a partir de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y el descubrimiento de la Física Cuántica, la segunda y tercera con la evolución tecnológica del “Bit” y el descubrimiento en 1953 del ADN por Watson y Crick.

Hoy vivimos esta última revolución. ¡Somos nuevos! Volvemos a vivir en un mundo nuevo luego de tantos miles y millones de años.

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