El papa Francisco pidió ayer atajar “la plaga de la pérdida y del desperdicio de alimentos”, una práctica “tan alarmante y funesta como la tragedia del hambre que tan cruelmente aflige a la humanidad”.
“Cito estos dos dramas juntos porque los considero unidos por una única raíz de fondo: la cultura imperante que ha llevado a desnaturalizar el valor del alimento, reduciéndolo a mera mercancía de intercambio”, señaló el pontífice en un mensaje a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En la misiva, dirigida personalmente al director de la FAO, Qu Dongyu, Francisco pidió “invertir recursos financieros y aunar voluntades” para poner fin al despilfarro.
Asimismo, el papa recordó que ayer se celebró el Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
“El despilfarro alimentario, una de las formas más graves de generar residuos, muestra asimismo un arrogante desprecio por todo lo que, en términos sociales y humanos, se halla tras la producción alimentaria”, denunció.
Según Francisco, el desperdicio tiene serias implicaciones: “significa no valorar el sacrificio, el trabajo, los medios de transporte y los costes energéticos empleados para llevar a la mesa comida de calidad”.
Asimismo, urgió a abordar el asunto desde la ética y no limitare a “leer la realidad en clave económica o de insaciable ganancia”.
Texto y foto: EFE