El PRI, a la baja; Morena, a la alza

Las elecciones para gobernador en 12 estados el 5 de junio tienen definido un ganador y un perdedor, más allá de los resultados, de acuerdo con los datos de las encuestas que tiene sobre su mesa el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.Su partido, de no cambiar las tendencias electorales, ganará en seis estados, perderá en dos y se encuentra en riesgo de ser derrotado en otros cuatro. Morena, que no anticipan gane en ninguno, extenderá la presencia territorial para Andrés Manuel López Obrador en siete entidades.

Los datos en manos de Beltrones no coinciden en su mayoría con las encuestas publicadas por los medios de comunicación, donde salvo en Aguascalientes y Tamaulipas, donde coinciden, sobrestiman al PRI. Según las encuestas internas del PRI, tendrán triunfos en Hidalgo, donde en este momento tienen 32.8 por ciento de las preferencias electorales sobre los candidatos del PAN y del PRD, que tienen 13.8 por ciento y 12 por ciento del voto; y Chihuahua, donde su candidato aventaja con 35.1 por ciento de las preferencias electorales contra los candidatos del PAN (21 por ciento) y del PRD (2.4 por ciento).

La maquinaria del PRI aparece poderosa en Durango, donde su candidato supera por 16 puntos al de la coalición PAN-PRD, 42 por ciento contra 26 por ciento; en Sinaloa, donde está arriba por 30 puntos, con 54 por ciento de las preferencias sobre el candidato de la coalición del Partido Auténtico Sinaloense y PAN, que tiene 24 por ciento, y el casi invisible candidato del PRD, con 5.6 por ciento de las preferencias; en Zacatecas, donde puntea con 35.2 por ciento de las preferencias electorales, frente al 17.3 por ciento del candidato de Morena y 12 por ciento del candidato aliancista PRD-PAN; y en Quintana Roo, donde el candidato del PRI supera por 12 puntos al de la coalición PAN-PRD, con una ventaja de 48 por ciento a 36 por ciento.

En las encuestas internas del PRI, hay tres gobernadas por ese partido donde pueden ir a la oposición, y una más, Oaxaca, gobernada por la coalición Movimiento CiudadanoPAN-PRD, que está teniendo dificultades para recuperar. En las cuatro se registra un empate técnico, pero con el PRI debajo de sus adversarios. En Aguascalientes, la candidata priista va dos puntos atrás del candidato del PAN, 43 por ciento de las preferencias electorales contra 45 por ciento; en Oaxaca el priista se encuentra dos puntos abajo (32 por ciento) de su principal rival de la coalición PAN-PRD (34 por ciento); en Tamaulipas, el aspirante tricolor tiene tres puntos menos que su rival panista-perredista, 30.6 por ciento contra 33.7 por ciento de las preferencias de los electores; y en Veracruz, en una batalla familiar, el candidato del PAN-PRD aventaja 33 por ciento al candidato del PRI y sus aliados, que está en 32 por ciento.

Perdidas en las urnas se encuentran las gubernaturas de Puebla y Tlaxcala. En la primera entidad, gobernada por el PAN, la candidata de la coalición que encabeza el PRI se encuentra muy abajo del candidato del PAN, 32 por ciento contra 42 por ciento, 10 puntos que se antojan prácticamente imposibles de remontar. En Tlaxcala, donde la contienda es entre tres, el candidato del PRI tiene 26 por ciento de preferencia electoral, en desventaja frente a las dos candidatas de la oposición –al ser esa entidad gobernada por el PRI–, que tienen al PAN con 30 por ciento de las preferencias electorales, y al PRD con 29 por ciento. En ninguna entidad como en esta, según los datos del PRI, la contienda es entre tres aspirantes a la gubernatura.

Los resultados de las encuestas en manos de Beltrones no sólo son malas noticias para el PRI, sino para el propio presidente Enrique Peña Nieto, en el contexto de cómo manejará la sucesión presidencial dentro de su partido, para sacar un candidato con posibilidades reales de ganar. Ninguno de los estados donde el PRI tiene prácticamente asegurada la victoria pertenece al bloque de las entidades con mayor peso electoral en el país. Veracruz es el tercer estado con mayor número de votos a nivel nacional (7.15 por ciento), detrás del Estado de México (13.18 por ciento) gobernado por el PRI, y la Ciudad de México (10.23 por ciento) gobernada por un ciudadano arropado por el PRD. Puebla es el quinto estado en peso electoral (4.89 por ciento), y junto con Oaxaca y Veracruz, se reparten 50 por ciento del voto que será puesto en juego este domingo.

Una medición distinta de cómo le irá al PRI, en función de las opciones de Peña Nieto para 2018, es si logra mantener el piso electoral tricolor en cada una de las entidades en juego, más allá de quien gane la gubernatura. Si logra retener su número de votos aunque pierda, el espacio de maniobra política presidencial seguirá abierto. Si además de ello ganaran más de las seis gubernaturas previstas, la victoria táctica sería, además, para Beltrones.

Las elecciones del 5 de junio son vistas por varios de sus protagonistas desde la perspectiva de la sucesión presidencial en 2018. Este es el caso de López Obrador, quien admite en privado que su objetivo no es ganar, sino ampliar su implante territorial. Bajo esa estrategia, lo que ha hecho Morena este año es muy importante. De no existir hace un año, hoy es la segunda fuerza en Zacatecas y en Veracruz, y está empatado con el PRD como la tercera fuerza en Puebla, mientras avanza en Quintana Roo. En esta elección, el PRD sólo es competitivo en Oaxaca y Puebla.

La incertidumbre sobre lo que sucederá el próximo domingo es amplia, pero la fotografía de este día perfila con mucha luminosidad lo que podremos esperar en 2018.

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