El primer riel se coloca el 1 de abril de 1875, y se requiere seis años para terminar el proyecto, que no fue nada fácil, ya que por lo duro de la superficie se agota el presupuesto con la construcción de sólo 12 kilómetros.
Ahora que todo parece indicar que ya arrancarán los trabajos para la construcción del Tren Maya, cuyas vías en Yucatán pasarán por 19 municipios, vale la pena recordar que desde 1850, en tiempos del gobernador Santiago Mendez, comenzaron los proyectos para tener el primer ferrocarril en la entidad.
Después de que la primera concesión para construir un ferrocarril en la Península se otorgó en 1862 a Edwin Robinson, que representaba a la compañía Michael’s House Cornhill de Londres, este se asoció a Francisco G. García y constituyeron la empresa “Camino de Hierro del Estado de Yucatán”, sin embargo, al fallecimiento de Robinson se perdió el interés por continuar, lo que permitió que inversionistas yucatecos, se disputaran las concesiones de Mérida a Celestún, Sisal o Progreso.
Unos años después, se otorgó a Manuel Arrigunaga la autorización para construir la vía Merida-Celestún, pero esto causó enojo entre los hacendados, por lo que se invalidó la concesión y nunca se realizó la construcción, y fue hasta que se restableció la República, que José Rendón Peniche, quien es considerado el “Padre del Ferrocarril en Yucatán”, obtuvo la primera concesión para la construcción de una vía que salía del Parque de la Mejorada y que concluía en Progreso.
El primer riel se colocó el 1 de abril de 1875, y se requirieron seis años para terminar el proyecto, que no fue nada fácil ya que por lo duro de la superficie, se agotó el presupuesto cuando solo se habían terminado los primeros 12 kilómetros, así es que el ingeniero Vicente Méndez Echazarreta, hijo del exgobernador Santiago Méndez, abandonó la obra al llegar a Xcanatún, tramo que comenzó a utilizarse con carritos jalados con mulas.
La obra la continuó Olegario Molina Solís, quien se auxilió del ingeniero Olegario G. Cantón, y fue hasta el 6 de septiembre de 1881 cuando a las 8 de la noche con 45 minutos llegó triunfante al puerto la locomotora “Mérida” arrastrando varias plataformas y un vagón de pasajeros. La inauguración formal del servicio es hasta el 15 de septiembre de ese mismo año.
A partir de ese momento, en los siguientes 38 años (hasta el 30 de noviembre de 1913, cuando se completa el recorrido a Tizimín, que inició con el tramo de Mérida a Izamal el 28 de septiembre de 1890), Yucatán era considerada como la entidad mejor comunicada a través del ferrocarril, sólo después del centro del país.
El 4 de julio de 1886, se inauguró el ferrocarril de vía angosta a Progreso, que pasaba por Cholul, Conkal y Chicxulub Puerto, de gran utilidad para transportar las pacas de henequén, que venían de otras poblaciones cercanas a Conkal, que era el centro de almacenamiento para luego enviarse a los muelles de Progreso para su exportación.
Afortunadamente en la página de los Ferrocarriles Unidos del Sureste se conservan algunos viejos vídeos en los que aparecen las locomotoras de vapor, luciendo a la distancia una columna de humo negro y anunciando su llegada a la estación con el sónar de su silbato y de sus campanas.
Fue el 1 de noviembre de 1902 cuando a partir de la consolidación de cinco empresas relacionadas de alguna manera con el Puerto de Progreso y el Henequén, que se funda Unidos de Yucatán, que entonces contaba con 104 kilómetros de vía ancha, 433 de vía angosta, 2 de tranvía y 61 en construcción, y con un capital de 23 millones de pesos.
Para entonces ya se contaba con ferrocarriles a Hunucmá, desde 1883; Campeche, servicio inaugurado de manera oficial el 28 de julio de 1898; en 1900 concluyó la ruta a Peto; en 1904 la de Ticul; en 1906 la de Valladolid, que en su viaje inaugural contó con Carlos Castro Morales como maquinista y Felipe Carrillo Puerto como conductor.
Fue hasta 1930 que Ferrocarriles Unidos del Sureste construye un ferrocarril para conectar al sistema nacional con Unidos de Yucatán, 20 años después comienza a operar el Ferrocarril del Sureste y finalmente en 1999 se privatizó el sistema que formó parte del Ferrocarril Chiapas Mayab hasta 2007, año en el que se adquiere por Ferrocarril del Istmo.
Texto y foto: Manuel Pool
