En Tijuana, el muro no los detiene para alcanzar su sueño

TIJUANA.- La de Porfirio Hernández es la última familia residente de Tijuana, pegadita a la barda fronteriza que Donald Trump quiere ampliar, sin embargo, este carpintero, oriundo de Chiapas, tiene más sentido común y conocimiento del fenómeno migratorio que el nuevo presidente estadunidense.

Residente del Nido de las Águilas desde hace 17 años, Hernández Pérez dice que:

“Si el presidente quiere construir el muro, de todas maneras, la gente busca formas, y nada más aumentaría más el peligro de la ciudadanía, ya sea que puedan escarbar por debajo, o se subirán tirando algún lazo, alguna cosa para que puedan pasar, porque la gente no se puede detener, la gente no se puede detener.”

Como el último de los tijuanenses, Porfirio Hernández ha visto pasar frente a su casa a numerosos migrantes que buscan internarse a territorio estadunidense.

“Sí, muchísimos. A los que pasan aquí los dejan pasar, pero ya cuando van más o menos a mediados del cerro ya los atrapan, y algunos que no se quieren dejar agarrar vienen y hasta acá como a 100 metros se salen los migras por otro lado, y los vienen persiguiendo correteando hasta con helicóptero. En una ocasión llegó hasta ahí, cerca de la casa grande, y no se dejaba agarrar el mexicano, o no sé de dónde. Es porque pasa la gente, anteriormente pasaban casi a diario”, explica Porfirio.

La primera acción para el reforzamiento del muro entre México y Estados Unidos tuvo lugar en playas de Tijuana, donde a los pilotes metálicos que fueron extendidos 50 metros mar adentro, se le agregó una malla metálica que impide que las familias divididas por la frontera intercambien objetos, como lo hacían los domingos en el Parque de la Amistad.

 

Proceso

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.