¿Es bueno ser perfeccionista?

¿Te has preguntado si es bueno ser perfeccionista? Esta característica puede considerarse una virtud, pero tiene consecuencias para la salud, según expertos.

La rutina fluye a una enorme velocidad, lo que hace de la escasez de tiempo y la necesidad de obtener resultados inmediatos los principales motores del ritmo de vida. Sin embargo, algunas personas no se conforman con sacar su cometido, académico, laboral o personal, sino que tienen que hacerlo perfecto.

“Unas expectativas en cotas demasiado altas y grados de perfección inalcanzables se llevan por delante la salud física y mental, aleccionando sobre la importancia de llegar a la meta por encima del disfrute del camino”, explicó Carlos Rodríguez Méndez, psicólogo del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca de Madrid, España.

El perfeccionismo puede ser una virtud. Planificar con minuciosidad las cosas, ejecutar técnicas al detalle, ser detallista con el trabajo personal y exigente con los resultados son cualidades positivas para cualquier persona.

El problema llega cuando se extreman. Las personas con un excesivo nivel de perfeccionismo pueden resultar rígidas en sus convicciones, enormemente críticas consigo mismas e incansables. Estas características llevan directamente hacia el sufrimiento, la frustración y la ansiedad.

Además, la actitud hacia la perfección revela generalmente personalidades inseguras que pretenden defenderse ante cualquier posibilidad de error. El miedo al rechazo y a la crítica externa exigen a la persona elevar sus niveles, donde no exista posibilidad alguna de fracaso.

El perfeccionismo tiene consecuencias para la salud

Un estudio de la Universidad de Brock, en Ontario, Canadá, realizado con personas de entre 24 y 35 años de edad, muestra que los más perfeccionistas sufren habitualmente dolor, insomnio y fatiga. Es decir, se somatiza en problemas de sueño, digestivos, jaquecas o dermatitis derivadas del aumento del estrés.

Por otra parte, es frecuente encontrar casos que derivan en trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que se caracteriza por el establecimiento compulsivo de hábitos diarios que resultan satisfactorios y placenteros que pueden funcionar como una vía de escape de la ansiedad generada por no alcanzar la perfección.

Además, el National Institute of Mental Health estadounidense menciona que estas personas sufren pensamientos repetidos y perturbadores llamados obsesiones. Con el fin de controlarlos, las personas con TOC repiten rituales y comportamientos, que llama compulsiones.

Texto y foto: Agencias

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