Es ejemplo de lucha constante

En la calle 62 por 49 existe una tienda que se llama el Motor Eléctrico que perteneció al coreano Andrés Kim; sus papás se mudan de Corea a Yucatán para trabajar el henequén.

Siempre habíamos escuchado historias de los que en algún tiempo fueron vecinos del centro de la ciudad, de que la tienda El Motor Eléctrico, ubicada en el cruce de las calles 62 por 49, de manera original perteneció a un coreano, y gracias a la página de Facebook “Descendientes de Coreanos” nos enteramos que en efecto este comercio que hoy es emblemático de la capital yucateca perteneció a Andrés Kim Kim.

Él fue el segundo de tres hermanos, y el primero que nació en Yucatán del matrimonio que formaron Pedro Kim y Celia Kim que llegaron en 1905 para trabajar en las haciendas henequeneras junto con su hijo Pedro (Kim Jinok), que entonces tenía apenas 13 años.

Esta familia que se completó con el nacimiento de Rosa Kim Kim era originaria de Busan, Corea y se estableció en Cacalchén, donde Pedro el hijo mayor, también tuvo dos tiendas, una de ellas llamada “El Brazo Fuerte”, que en su tiempo fue una de las favoritas de la población.

Acerca de Pedro, su hija Juanita Kim Montalvo, que nació en 1929, mencionó que durante un tiempo trabajó cortando pencas en Temax, donde conoció a la que sería su esposa, María Tranquilina Montalvo.

Después de un tiempo la pareja se mudó a Cacalchén, donde vivían los abuelos Pedro y Celia que tenían una hortaliza en la que sembraban rábano, cilantro y lechuga.

—Los recuerdo de cuerpo delgado y piel blanca y a mi abuelo de carácter fuerte, eran muy rectos. Ellos hablaban en coreano solo entre ellos y mi papá a nosotros nos hablaban en español o maya —dijo Juanita quien destacó que tuvo seis hermanos, Pedro, Genaro, Roberto y Juan (eran gemelos) Luis y Ligia.

A la familia también se le sumó Alfredo, que era hijo del primer matrimonio de Pedro con una coreana, y quien fue registrado con el apellido Kim Montalvo que cuidaba con esmero su cultura gastronómica. —Mi abuelita y mi papá enseñaron a mi madre, Tranquilina a cocinar comida coreana como el kimchi, mandu, cochichang, y pap —narró Juanita, quien actualmente tiene 91 años de edad.

Lamentablemente, las tiendas de Pedro se fueron a la quiebra y la familia, cambió su residencia a Mérida, donde la situación económica fue crítica. Para sobrevivir, el jefe de familia hacía dulces y sus hijos, los vendían de casa en casa.

—Mi abuelo Pedro Kimmurió el 10 de Julio de 1934 a la edad de 82 años y mi abuelita murió el 13 de octubre de 1943 a la edad de 80 años. Ambos fueron enterrados en el cementerio de Cacalchén —recordó.

—Luego mi papá enfermó de gravedad, y falleció el 5 de noviembre de 1946. Fue enterrado en el mismo lugar que mis abuelos aquí en Cacalchén. Él compro un terreno en el cementerio para que toda su familia allí fuera enterrada y mandó hacer una placa para su tumba con su nombre en coreano para cuando él muriera y cuando murió la persona encargada la tenía ya lista —detalló Juanita.

Sin Pedro, la situación de la familia empeoró por lo que la Tranquilina decidió el regreso a Cacalchén para vivir, pues en Mérida prácticamente no tenían nada. Y siendo jóvenes aún, los hijos nuevamente cortaron pencas en el campo.

—Fue muy difícil vivir sin mi papá y mis abuelos que nos apoyaran, gracias a Dios y a mi madre salimos adelante. Mi mamá Tranquilina murió el 11de Enero de 1999 a la edad de 94 años —puntualizó.

Texto y foto: Manuel Pool

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