EU recibe a Frida Kahlo

Es imposible no valorar el impacto que tiene la llegada de la exposición más grande de los últimos 10 años de Frida Kahlo a Nueva York. Y es que si ha habido un ícono de la fuerza femenina en México ha sido el de la artista que desde su estancia en los años 30 en EU mostró su mexicanidad con orgullo.

Para Anne Pasternak, directora del Museo de Brooklyn, la exhibición “Las apariencias engañan (Appearances Can Be Deceiving”), del 8 de febrero al 12 de mayo en este recinto que muestra el guardarropa, los accesorios y joyas de la artista así como los corsets y elementos ortopédicos pintados a mano por ella, entre otras grandes obras y fotos de la Colección de Jacques y Natasha Gelman, “es una muestra de que el arte no tiene muros y que uno de los grandes valores de EU es la libertad y que Nueva York siempre le ha dado la bienvenida a los inmigrantes. Quisimos hacer esta exhibición lo más rápido posible, necesitamos contar historias positivas acerca de México, de lo maravilloso que es y lo grande de su ADN”.

Pasternak dijo a EL UNIVERSAL que admira a Frida porque “era una mujer que no ocultaba nada, ponía todo lo que sentía en su arte. Además, el Museo de Brooklyn es como Frida porque somos una institución curiosa, que no tiene miedo a tocar los temas difíciles como los que se abordan en esta exposición, pues en ella también hay una visión de la política y de la discapacidad”.

La relación que marca la muestra

Todo surgió con la investigación que Circe Henestrosa comenzó a raíz del descubrimiento del guardarropa de Kahlo en 2004. Circe fue la curadora de la primera exposición de la artista con esta temática en La Casa Azul-Museo Frida Kahlo en 2012 y que después fue llevada a Londres al Victoria & Albert Museum en 2018 para ahora llegar a NY con novedades.

Contará con obras de otros museos que no se habían prestado antes, como Ahora que estoy pelona, propiedad del MoMA; la colección de arte mesoamericano del Museo de Brooklyn se incorporó para acentuar los intereses de Kahlo y Diego Rivera por este tipo de arte. También estará la relación que Frida tuvo con EU, con su complejidad y conflictos porque aunque amaba Nueva York, era comunista y estaba en contra del estilo frívolo de la clase acomodada de la ciudad. Detroit fue una ciudad que le horrorizó por su fundamento industrial y San Francisco le causaba la misma fascinación y rechazo que NY. Todo lo que despertó en Frida esta relación con EU fue algo que los curadores tomaron en cuenta para enriquecer y darle un marco diferente a la exhibición.

Para Catherine Morris, curadora para el Centro de Arte Feminista Elizabeth A. Sackler del Brooklyn Museum, “explorar la compleja y a menudo conflictiva relación de Frida con EU es una parte muy importante de su historia. Sus experiencias en San Francisco, Nueva York y Detroit jugaron un papel clave en el desarrollo de su arte, sus visión política y fueron instrumentales al momento de elegir el enfoque de sus decisiones”.

Para Henestrosa, “este es un momento importante entre México y EU; por eso quería traer esta exposición aquí, es traer a México con mucho orgullo adaptando el guion curatorial de las exposiciones pasadas para enriquecerlas con el equipo de curadores locales del Museo de Brooklyn y que sigue la historia de cómo Frida construyó su identidad a través de elementos de discapacidad y etnicidad.

Y es que Frida eligió el vestido de tehuana como su logotipo y cuando se descubrió el guardarropa en 2004 también aparecieron todos sus aparatos ortopédicos y un dibujo muy especial, “Las apariencias engañan”; en él, Frida se muestra a ella misma desnuda con la pierna derecha más delgada que la otra, con un corset y un vestido de tehuana en la silueta y lo que nos explica es cómo ese atuendo le ayudaba a llevar bajo todas esas capas de ropa su enfermedad y discapacidad, debajo de todos esos huipiles estaba su cuerpo herido”, explicó la curadora, cuya tía abuela, Alfa Henestrosa, le hacía los vestidos de tehuana a la artista.

“Yo quería saber por qué Frida escogió el vestido de tehuana como su logotipo, descubrí que cuando decidió vestirse así estaban cambiando muchas cosas en su vida: era la época en que Vasconcelos empezó a promover los valores y la cultura mexicana a través de la idea de mexicanidad en lo que se conoce como el Renacimiento mexicano. Es cuando él comisionó a muralistas como Siqueiros, Orozco y Rivera a pintar estos temas porque pensaba que el país iba a salir del trauma de la Revolución con la educación y la promoción de la cultura. Entonces Frida Kahlo se alineó a estos valores y empezó a buscar una identidad que la hiciera ver muy mexicana”, apuntó la experta.

Explicó que la estancia de la artista en EU también fue clave, “ella se casó con Diego en 1929 y de 1930 a 1933 vivieron en EU, entonces Frida adquiere el look por completo porque quiere proyectar aún más los valores mexicanos. Cuando ella elige este vestido no lo hace por casualidad: es un vestido que viene del Istmo de Tehuantepec, que es una sociedad matriarcal, con lo cual ella elige un vestido que simboliza a una mujer fuerte y poderosa, y que también le ayuda a lidiar con su cuerpo porque todos los accesorios concentraban la atención del observador del torso hacia arriba distrayéndote de sus piernas. Cuando adquiere este look es el comienzo de Kahlo como gran artista, pero también del deterioro de su cuerpo. El atuendo le ayuda a decirle al mundo que era comunista y mexicana”.

Para Lisa Small, curadora de Arte Europeo del Museo de Brooklyn, “esta muestra es muy importante porque es la primera en EU que incluirá ropas y posesiones personales provenientes de la Casa Azul mostradas en contexto con sus obras de arte”. Para Morris, “el arte y la historia de Kahlo resuenan a través de las fronteras geográficas e históricas”.

Texto: El Universal

Foto: Cortesía

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.