Poetas, escritores y antropólogos toman los libros del Premio Nobel de Literatura 1990 para leer sus poemas en conmemoración de su aniversario luctuoso
EL AMOR, EL EROTISMO, la fascinación por la India, la pasión por la palabra poética, el México prehispánico y el mundo contenido en la poesía, su posición ante la política y otros tantos temas, como la otredad, la nimiedad y las fronteras en la obra de Octavio Paz, fueron celebrados y puestos en evidencia por cinco de sus lectores, amigos y admiradores, en un pequeño homenaje a 20 años de su fallecimiento.
Fabienne Bradu, Pura López Colomé, Eduardo Matos Moctezuma, Sergio Mondragón, Alberto Ruy Sánchez y Ricardo Yáñez, se reunieron al mediodía del domingo en la sala “Manuel M. Ponce” del Palacio de Bellas Artes para recordar al Premio Nobel de Literatura 1990, y evocarlo a 20 años de su muerte través de su poesía.
A través de fragmentos de poemas emblemáticos como “Piedra de Sol”, “Viento entero”, “Libertad bajo palabra”, “Carta de creencia”, “Ladera este”, “Salamandra” y “El cántaro roto”, y de otros menos amplios, como “El rebelde”, “Animación”, “La lección de las cosas”, “Máscara de Tláloc”, “Diosa azulada” y “Xochipilli”, se celebró la poesía de Octavio Paz.
Pura López Colomé aseguró que no hay distancia entre el ensayo y la poesía de Octavio Paz; y que Paz fue una importante figura multiabarcante.
Así como Fabienne Bradu, amiga de Paz se centró en la poesía del Nobel inspirada en Nueva Delhi, como “El balcón” y “Domingo en la isla Elefanta”, Ruy Sánchez optó por el amor y el erotismo de Octavio Paz plasmado en poemas como “Carta de creencia”, una poesía escrita para Marie Jo Paz, su musa, quien no estuvo presente en la sala.
Justo Eduardo Matos Moctezuma, además de leer breves poemas de Paz sobre el México prehispánico, dedicó unas palabras a MariJo: “¿Y qué pasa con la compañera del poeta? Ella también muere un poco, está en el límite de la vida y la muerte, es el eslabón que une a la tierra con el infinito. Vive de recuerdos y de vivencias”.
Sergio Mondragón leyó fragmentos de “El cántaro roto”, un poema de 1955, del que dijo: “Este poema abre la puerta a la segunda mitad del siglo XX en la poesía mexicana y tiene una variedad de versos”. En tanto, Ricardo Yáñez recordó al igual que Ruy Sánchez, aquel 10 de junio de 1971, cuando Octavio Paz junto con otros poetas participaba en un evento en el auditorio Justo Sierra de la UNAM y al conocer la noticia de la masacre a los estudiantes normalistas en lo que luego llamarían “El halconazo”, se levantó, guardó sus cuartillas y dijo: “Ante cosas así la poesía debe callar”.
Texto y fotos: Agencias