Por Marcial Méndez
Como era de esperarse, el éxito del Joker ha puesto a hablar a la gente. Han sido tantas las personas que han expresado sus opiniones en redes sociales que ya ha surgido toda una tendencia en memes al respecto. Algunos ejemplos: “Comunicólogo se transforma en cineasta tras publicar crítica del Joker”, “Científicos confirman que a nadie le importa tu crítica del Joker”.
Obviamente, el enfoque de esta oleada es hacer burla de aquellos individuos que decidieron subirse al “tren del mame” al ponerse en plan de refinados cinéfilos y avispados analistas cuando nunca antes habían siquiera pretendido serlo.
Evidentemente, la cinta en cuestión ha puesto a manifestarse a voces que generalmente se han enfocado más en palomear y disfrutar del cine como medio de entretenimiento que a consumirlo de manera más analítica, lo que me parece excelente desde ambos lados del asunto.
Desde el de Joker, aplaudo el que, al usar el setting de Batman, haya logrado atraer a las audiencias masivas a ver una película que tal vez no hubieran visto de otra manera y que les ha puesto a trabajar el cheeto para formar y expresar sus opiniones respecto a una obra compleja pero muy accesible.
En cuanto a las audiencias, me encanta ver que estén encaminándose a una forma de consumo más crítica. Habrá quién de verdad solo lo esté haciendo por “mame”, pero mientras haya al menos un puñado de personas a las que el Joker sí les haya servido como catalizador para cambiar la manera en la que ven el cine, todo bien.
