SÉ QUE ES muy fácil nombrar a ídolos en La Noria cuando nos referimos a las últimas dos décadas del Cruz Azul. Incluso después de Carlos Hermosillo. Al menos eso es lo que creemos…
Enseguida aparecen Cesareo Victorino, “Matute” Morales, “Chelito” Delgado, “Óscar” Pérez, “Tito” Villa y muchos más, pero en estos tiempos de sequía hay alguien que está encima de todos los que nos podemos imaginar.
Un “Chaco” muy mexicano que supo amar los colores como si de la albiceleste se tratara. Christian Giménez, colgaste los botines el viernes pasado sin deber nada a nadie. Sí, el no dar un título de liga celeste no “mancha” tu emblema ubicado en la parte frontal de la máquina. Una que dirigiste por nueve años con el mayor respeto posible; lástima que el destino no te fue recíproco.
Aquel 19 de diciembre de 2009 llegaste como refuerzo entre bombos y platillos, con la incógnita de haber portado los colores americanistas antes y haber sido exitoso, en toda la extensión de la palabra, con los Tuzos.
Hoy te doy gracias, no por los 72 goles conseguidos en tu estancia azul, ni siquiera por los títulos de Copa MX y Liga de Campeones de la CONCACAF; es más, tampoco por tu anotación del Apertura 2010 contra el América que significó poner fin a siete años de no conseguir triunfos ante los de Coapa.
Hoy te escribo de pie estas líneas para agradecerte por haberme dado un ídolo y ejemplo a seguir, aún sin esperar nada a cambio. Entre todas tus cualidades, me quedo con una virtud, la de salir adelante en los peores momentos y ser agradecido. Gracias por todo, “Chaco”. Jamás se te olvidará.
