Hacienda Santa Cruz: un mágico viaje al pasado

LA HACIENDA Santa Cruz ofrece todo lo necesario para disfrutar de un inolvidable domingo en familia, como paseos en bicicleta por sus amplios senderos, un refrescante baño de piscina, palapas con hamacas y camastros para tomar una merecida siesta después de un sabroso almuerzo con cochinita recién horneada o alguna de las originales propuestas gastronómicas que se ofrecen en el restaurante del lugar ubicado a tan solo dos kilómetros del Periférico con rumbo a la comisaría Dzununcán.

Aunque en la actualidad la Hacienda Santa Cruz es un hotel spa, la administración del lugar ofrece al público en general la oportunidad de visitar sus instalaciones por medio de la adquisición de paquetes de pasadía que dependiendo del precio, pueden incluir alimentos y hasta disfrutar de una habitación.

Se trata de un verdadero remanso de paz que permite admirar la bella arquitectura interior, que escapa a la imaginación de quien solamente conoce por fuera este histórico inmueble en el que funcionaba un monasterio franciscano que data del año 1640.

“De la construcción original se conservan, además la noria, la capilla, la casa principal, el casco de la Hacienda y una habitación, que en la actualidad funciona como una master suite para cinco personas”, explicó el gerente operativo, Josué Fuentes Blas, quien comentó que, los domingos, numerosas familias meridanas acuden a relajarse, poniéndose en contacto con la naturaleza, para olvidarse del habitual estrés citadino.

En los amplios terrenos de la propiedad, que también se arrienda para eventos sociales, se construyó la representación de una comunidad maya, en este caso llamada Chan Santa Cruz, donde se pueden observar casitas de paja y hasta una vía de “truck” y una plataforma henequenera.

En este sitio se encuentra el espacio en el que los cocineros del lugar entierran la cochinita pibil, el relleno negro y otras delicias, que son parte del menú que ofrece el restaurante Valentina.

“Aquí, donde está el comedor, era el área de secado de la fibra del henequén, y a lado estaba el cuarto de máquinas, con su chimenea que todavía se conserva, por eso están las paredes tan altas”, comentó el anfitrión.

El chef Pedro es originario de Mayapán y además del menú regional prepara unos tacos de camarón con col morada y zanahoria aderezados con una salsa de mayonesa y chipotle, que se sirven envueltos en una hoja delgada de jícama, que sustituye a la tortilla, sin romperse.

“A la gente le gusta mucho las costillas de cerdo en adobo de guayaba y puré de papas, y también nos visitan para disfrutar de las costillas en salsa de vino tinto, que debido a que se cocinan durante 24 horas adquieren una consistencia muy suave, como si fuera un pétalo de rosa”, agregó el entrevistado, quien recordó que si los visitantes portan durante la visita su guayabera, en el caso de los varones, o hipil o terno, si se trata de damas, se harán acreedores a un descuento del 30 por ciento hoy domingo.

“Esto es parte del programa de rescate de tradiciones que tenemos en marcha, además de que con el afán de que la gente local nos visite vamos a organizar eventos diversos, como cenas maridaje a cargo de destacados chefs de la región”, recordó.

En la Hacienda Santa Cruz hay dos piscinas y un cenote artificial con seis metros de profundidad, en su parte más profunda. Además de palapas en las que se puede descansar plácidamente.

También vale la pena observar la manera en la que luce el edificio que alberga la administración del hotel spa, que cuenta con una exquisita decoración al igual que los salones de usos múltiples.

En él hay cuatro habitaciones entre las que se destaca una suite nupcial, que al igual que Santa Cruz, es un verdadero remanso de paz en el que el visitante tiene la sensación de hacer un viaje en el tiempo para llegar a una clásica hacienda henequenera del siglo XIX en la que destaca una pequeña capilla, la casa principal y el cuarto de máquinas.

Para llegar a este paraíso usted puede tomar la avenida 86 o el Periférico hasta llegar al cruce hacia Dzununcán y justo en el centro de Santa Cruz Palomeque se encuentra este hotel spa.

Al cruzar por la carretera que une al Periférico de Mérida con las poblaciones de Dzununcán y San José Tzal, se puede apreciar en la plaza principal de Santa Cruz Palomeque una hacienda, con una bella arquitectura que vale la pena conocer a detalle.

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