Hallan aspectos inusuales en una estatua faraónica

En la misión se descubren 4 mil 500 nuevos fragmentos de una estructura de dimensiones colosales del faraón Psamético I

DURANTE LA MISIÓN arqueológica conjunta de Alemania y Egipto se descubrieron 4 mil 500 nuevos fragmentos de una estatua de dimensiones colosales del faraón Psamético I en la antigua Heliópolis, anunció ayer el Ministerio de Antigüedades.

El jefe del Departamento de Antigüedades Egipcias, Aymán Ashmaui, aseveró, en un comunicado, que los nuevos hallazgos revelan un aspecto inusual en la escultura egipcia: se retrata al rey con el brazo izquierdo flexionado hacia adelante, sobresaliendo del torso, en lugar de su habitual posición perpendicular al cuerpo.

Las 6 mil 400 piezas de cuarcita encontradas en el sitio de excavaciones muestran al faraón en posición erguida.

Otros de los fragmentos hallados fueron un pilar posterior tallado que muestra una escena del faraón arrodillado en frente del creador, el dios Atum.

La estatua, cuyo tamaño original era de nueve metros de altura y que pertenece a Psamético I (654-525 a.C.), faraón fundador de la XXVI dinastía, fue hallada en el popular barrio cairota de Matariya, donde en la antigüedad se levantaba la ciudad de Heliópolis.

En esta zona se encontraban varios templos, entre ellos el de Heliópolis, dios Sol, que era uno de los mayores de Egipto y del que quedaron muy poco vestigios ya que sus bloques y obeliscos fueron saqueados desde la época del Imperio Romano y durante las sucesivas dinastías musulmanas para construir edificios.

Los arqueólogos también han encontrado un gran número de fragmentos de la puerta de cuarcito de los templos de Ramsés II y Nektanebo I.

Algunas de estas piezas son de valor “extraordinario”, como un friso de halcones, partes de una esfinge de granito rojo y parte de una puerta del templo de Nektanebo, según explicó en la nota el jefe de la misión arqueológica, el egiptólogo y profesor de la Universidad de Leipzig Dietrich Raue.

Cartas del Holocausto. Por otro lado, sentada en su casa con un paisaje bucólico desde una ciudad que mira desde una ladera el mar Mediterráneo, Betty Kazin Rosenbaum, de 76 años, lee la carta escrita a mano en holandés de la madre que nunca llegó a conocer realmente.

“Espero encontrarte con buena salud, miles de besos: mami”, fueron las últimas palabras que la madre de Betty le escribió antes de ser enviada con su bebé de ocho semanas a morir en el campo de concentración nazi de Sobibor en el este de Polonia en 1943.

Betty conserva la carta original de su madre en su casa, pero entregó una copia escaneada para una nueva exhibición digital en Yad Vashem, el centro de investigación y museo del Holocausto de Israel en Jerusalén.

Luego de pasar varios años en un gueto en Ámsterdam, la familia se separó. En 1943, Betty, que en ese entonces tenía 2 años, fue enviada a un hogar de crianza cristiano en la ciudad de Eibergen en Holanda hasta el final de la guerra.

Su madre y su hermano de ocho semanas fueron escondidos por una familia cristiana en Neede, pero fueron traicionados por residentes de la ciudad y fueron enviados en un tren hacia el campo de concentración donde los mataron.

Texto y foto: Agencia

 

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