Por Gerardo Novelo
¿Ya revisaron la lista de lo que se va de Netflix en septiembre? Es horrible. Mes tras mes, docenas de series y películas abandonan la plataforma y son, para muchos, borradas de la existencia.
Hay un sector significante de la audiencia para la cual Netflix es el inicio y el fin del entretenimiento audiovisual. A la recomendación de una película, la única respuesta es si está disponible ahí. A la intención de ver una serie, solo hay la esperanza de que se asome un día por el catálogo. Eso no está bien.
Es redundante para muchos contratar más de un servicio de streaming. Con uno tienen contenido para toda una vida, siempre y cuando no se preocupen mucho por cuál contenido es ese. Sí, hay muchas series y películas excelentes. Pero con eso no basta. Qué triste quien se conforma con ver exclusivamente lo que le ponen en frente; ¡de cuántas obras maestras se estará perdiendo!
No quiero ver a Netflix como sinónimo de cine y televisión. Hay ya quien no dice que va a “ver una serie” o que le gusta “ver películas”, sino que dice que le encanta “ver Netflix”. El limitado catálogo de la plataforma se convierte en el único referente de entretenimiento audiovisual.
El problema no es solo la amenaza de un virtual monopolio en lo económico; también en lo cultural. Una empresa no puede ser autoridad única de lo que el público ve. Peor aún es cuando el público mismo le entrega esa autoridad en bandeja de plata.
No se casen con plataformas. Cásense con buen contenido. Diversifiquen.
