Igualitos los tres

Por Armando Escalante

El prestigiado y afamado periodista Jorge Ramos Ávalos, mexicano de nacimiento y estrella de uno de los programas más vistos de la TeVe hispanoparlante en los EEUU, completó una triada de antología hace unos días, al entrevistar a tres personajes muy disímbolsos entre sí, pero que a la vez son completamente parecidos por sus excesos, su autoritarismo, pero sobretodo, por su alto desprecio hacia la prensa libre que los cuestiona y los pone en entredicho.

Primero fue echado de la Casa Blanca por simplemente cuestionar a Donald Trump y repreguntarle sobre sus malos resultados de gobierno; una condena mundial siguió al suceso y todo mundo apoyó al reportero frente al patán que ordenó que lo retiren de la sede presidencial norteamericana, ante el asombro e indignación del mundo civilizado.

Hace poco, en Venezuela, Jorge Ramos acudió ante Nicolás Maduro, el presidente destructor de la economía de su país y autor de masacres contra sus opositores, quien se enojó a la primera pregunta incómoda y ordenó a unos gorilas que lo detengan, además de robarle costosísimo equipo de cámaras y micrófonos que el periodista llevó a la semidestruida nación.

Incluso, en una extraña colaboración entre iguales, se supo que el presidente mexicano, Manuel López, intercedió ante su par venezolano por lograr la excarcelación de Ramos, lo que ocurrió al segundo día mientras el mundo condenaba al dictador por su violenta actitud.

Para completar la tercia de sonados escándalos, Jorge viajó a México y se presentó en Palacio Nacional para cuestionar al presidente sobre las cifras de miles de muertos que su gobierno registra, producto de las sangrientas batallas que libran los narcos -sin ser perseguidos- por adueñarse del territorio de consumo de drogas y liderar los cobros ilegales -de derechos de piso, extorsiones, secuestros y de lavado de dinero- que ya casi cubren todo el territorio nacional.

Mal informado como suele estar, el señor López intentó salir del tema asegurando que “él tiene otras cifras” y se deshizo -para variar- convenientemente de la pregunta. Y aunque más tarde su gobierno confirmó que el periodista Ramos tenía razón y los miles de muertos si son en tan elevado número que el reportero dijo en la conferencia mañanera, de todos modos, ni así obtuvo respuesta a su pregunta porque el presidente ya no volvió a dar la cara.

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