Integrantes del Proyecto Social Nodess Mayab de la Unidad de Proyectos Sociales, de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), se reunieron con directivos de la Fundación W.K. Kellogg con el fin de compartir sus vivencias, aprendizajes y retos que han enfrentado en procesos familiares y comunitarios de la economía campesina.
El encuentro tuvo como sede la cooperativa Zaaz Koolen Haa, en el municipio de Yokdzonot, donde se realizaron dinámicas y conversatorios del tema principal y sobre turismo comunitario.
Ante autoridades de la Fundación y de la Uady, como el coordinador de Posgrado e Investigación, Ramón Peniche Mena; y el coordinador general de Cooperación e Internacionalización, Andreas Aluja Shunemann; las señoras Ofelia Chay, Anastasia Uicab, Elvia Hay y Gloria Dzib, compartieron su experiencia y la importancia de la promoción y comercialización que diariamente realizan en la comunidad.
Al final del encuentro, se realizó una pequeña demostración del manejo de las cajas de ahorro y los diferentes roles que toman las mujeres en sus grupos, seguida de una conversación sobre los emprendimientos y las reservas con mujeres de Yokdzonot Hu, acompañadas por Rosario Cohuo de la organización civil Aid to Artisans.
Estas dinámicas permitieron valorar y difundir el trabajo colaborativo y transdisciplinario que realizan una decena de profesores e investigadores con estudiantes de las facultades de Veterinaria, Ingeniería Química, Ingeniería Renovable, Psicología, Medicina y Ciencias Antropológicas.
Cabe resaltar que, a lo largo de 10 años, la Uady, con apoyo de la Fundación W.K. Kellogg, ha contribuido al impulso de la economía de las familias campesinas de diversas comunidades de Yucatán.
Entre los años 2013 y 2023 se han desarrollado 50 iniciativas, de las cuales 46 son proyectos sociales en comunidades de aprendizaje y cuatro proyectos de innovación social, atendiendo problemáticas de salud, educación, economía, producción y cuidado al medio ambiente.
También se han atendido temáticas para la construcción de modelos con mayores alcances e impactos en la prevención del riesgo de autolesiones y suicidio, la atención integral de personas y familias que viven con diabetes, la soberanía alimentaria, así como la economía social y solidaria.
Texto y foto: Agencia