El clima fue benévolo con los cientos de personas que acudieron ayer a la ciudad prehispánica, para atestiguar la llegada de la serpiente emplumada en la escalinata norte del Castillo
A pesar de que amaneció nublado y de que era alta la posibilidad de que Kukulcán no llegara a su cita, la esperanza se mantuvo viva y al final del día tuvo su recompensa, ya que ayer por la tarde, una vez que las condiciones climatológicas mejoraron un poco y el cielo se despejó, poco más de 6 mil personas pudieron apreciar cómo poco a poco se fueron formando los triángulos que representan el cuerpo de la serpiente emplumada en la escalinata norte del famoso “Castillo” de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Ayer lunes, previo al 21 de marzo que marca con el equinoccio el inicio de la primavera, fue muy esperado después de que, en los dos años anteriores, por la pandemia, no se permitió el acceso al público en la ciudad prehispánica. Así es que el ambiente era de lo mejor.
En medio de aplausos, el público esperó paciente el momento cumbre, y fue a las tres de la tarde con 45 minutos cuando se pudo apreciar, al menos parcialmente, el fenómeno arqueoastronómico, para beneplácito de los yucatecos y turistas de diversas partes del mundo.
De acuerdo a Mauricio Díaz Montalvo, titular del Patronato de las Unidades Culturales y Turísticas del Estado de Yucatán (Cultur), el domingo pasado se reportó la asistencia de 11 mil personas a Chichén Itzá, quienes, por las condiciones climáticas, lamentablemente no pudieron disfrutar del fenómeno de luz y sombra, que se asocia a temas de siembra y cosecha, y también para marcar las estaciones del año
Astronómica y geográficamente, el equinoccio tiene que ver con los dos momentos en que el Sol cruza el ecuador. En primer lugar, cuando el astro rey va del hemisferio Sur al hemisferio Norte (equinoccio de primavera), y por segunda ocasión cuando éste regresa del Norte al Sur (equinoccio de otoño). Durante los equinoccios el día y la noche duran lo mismo. Ambos se encuentran separados por un intervalo de seis meses.
Por otro lado, en el calendario prehispánico no están presentes las nociones de equinoccio. Si bien estudios demuestran que ciertas estructuras arquitectónicas fueron orientadas hacia los puntos de ascenso o descenso del Sol, son contados los edificios prehispánicos que están orientados hacia la salida o puesta del Sol durante los equinoccios.
Y es en esta ocasión cuando se puede observar el efecto de luz y sombra que se produce antes de la puesta del Sol sobre la balaustrada norte de la llamada Pirámide de Kukulcán, conocida también como el Castillo, dando la impresión del descenso de una serpiente de cascabel con triángulos dorsales iluminados. Las cabezas de los ofidios que adornan las bases de la escalinata septentrional hacen este efecto aún más persuasivo.
Como dato curioso, este fenómeno no se descubrió hasta que la pirámide fue reconstruida y se documentó hasta 1969. Los expertos señalan que los mayas no buscaban señalar los equinoccios, sino el cambio de estación.
En la actualidad, el equinoccio se vuelve un atractivo turístico y cultural para el público, y enaltece los valores acerca de la conservación, protección y memoria de la cultura maya.
Para este martes se espera que las condiciones meteorológicas mejoren y que, al igual que ayer, se despeje el cielo y se pueda apreciar en todo su esplendor la llegada de Kukulcán, por lo que se espera la asistencia de 14 mil personas, razón por la que Díaz Montalvo pidió tomar todas las previsiones a quienes llegan en sus vehículos particulares, pues debido a que se realizan trabajos en la zona por parte del Gobierno federal, está reducido el espacio de estacionamiento.
Como parte de los operativos de seguridad, el patronato Cultur mantiene a más de 90 elementos trabajando, de manera adicional, a los elementos de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública, Migración y Fiscalía del Estado.
El fenómeno de luz y sombras conocido como el “Descenso de Kukulcán en el Castillo” será visible desde aproximadamente las 15:45 horas y se espera que concluya a partir de las 16:10 horas.
En Dzibilchaltún
En cuanto al fenómeno de luz que en el equinoccio se observa en la Casa de las Muñecas en Dzibilchaltún, y que fue descubierto por los arqueólogos José Huchim y Ricardo Velázquez, ayer no pudo ser visible, ya que el cielo nublado impidió que el sol apareciera para complacer a las cerca de 200 personas que acudieron al amanecer a la zona arqueológica, con la intención de presenciar el fenómeno de luz.
Cabe destacar que el Templo de las Siete Muñecas fue construido por los mayas, de tal manera que, durante el equinoccio de primavera y los solsticios, el sol pasa por la entrada principal y que sus rayos lo atraviesen de extremo a extremo.
Ayer por la mañana había fresco y hasta lloviznó, pero la experiencia de llegar a oscuras a la zona arqueológica fue algo especial para quienes, vestidos con ropas blancas, tomaron las cosas por el lado positivo y se cargaron de energía.
Las puertas de Dzibilchaltún abrieron a las 4 am y se esperaba que el sol apareciera a partir de las cinco y media de la mañana, pero por las condiciones climatológicas fue hasta después de las 7 horas que lo hizo por unos momentos, pero ya a mayor altura.
Para disfrutar el día de asueto, además de que muchos meridanos aprovecharon para irse a la playa, otros se levantaron tarde. Así es que, para desayunar y darse una vueltecita en familia, una buena opción fue el tianguis de la colonia Serapio Rendón, donde, en medio de un ambiente de fiesta animado por un tecladista, se formaron largas filas para disfrutar de las empanadas que allí se preparaban.
Y entre la cochinita pibil, el lechón al horno y los tacos de carne asada, también se ofrecía sabrosa morcilla fresca que muchos adquirieron para el almuerzo.
Texto y fotos: Manuel Pool