La contaminación del mar Negro, el basurero del sureste de Europa

En un rincón en el sureste de Europa se encuentra el mar Negro, una enorme masa de agua que une por vía marítima a seis países -Rusia, Ucrania, Turquía, Bulgaria, Rumania y Georgia- y es alimentada por los principales ríos de la región.

Pero este mar ha servido durante décadas como el basurero de esa región, un vertedero de basura agrícola e industrial procedente del sureste de Europa.

El problema es de tal magnitud que algunos científicos llegaron a considerar que amplias zonas del mar -hasta 40.000 kilómetros cuadrados- estaban completamente muertas.

La crisis se evidenció este verano en Ucrania, cuando las autoridades de la ciudad de Odesa advirtieron a la ciudadanía de no bañarse en las playas.
Y la contaminación va más allá de las aguas del mar, ha penetrado todo el ecosistema, según un equipo de investigadores.

Después de, literalmente, tocar fondo, ¿se estará finalmente haciendo algo para limpiar el mar más contaminado de Europa?
A pesar de todo, hay algunas señales esperanzadoras.

El “mar verde”. En el mar Negro desembocan un importante número de grandes ríos, que vierten sus aguas después de arrastrar los desechos de los varios países que atraviesan.

Igualmente hay un sinnúmero de vías fluviales locales que también alimentan el mar Negro. Algunas de estas transportan la contaminación de los vertederos aledaños como el de Batumi, en el oeste de Georgia, un enorme basurero que se encuentra a solo 300 metros de la costa del mar.

“Ya tenemos preocupante evidencia de que la basura marina -la cantidad de desechos flotantes por kilómetro cuadrado- es casi el doble de lo que hay en el mar Mediterráneo. Y es la peor situación de todos los mares europeos”, expresó Jaroslav Slobodnik, del Proyecto Emblas Plus, que monitorea las aguas del mar Negro.

Peros on tres ríos los responsables de la mayoría de la contaminación en el mar Negro: el Dniéper, que nace en Rusia y fluye por Bielorrusia y Ucrania; el Dniéster que pasa por Moldavia y Ucrania; y el Danubio, que atraviesa 10 países europeos antes de desembocar en el mar Negro.
Al visitar el Dniéper, se encontró un florecimiento de algas verdes, pero esto no significa que el río sea saludable, sino todo lo contrario.

Los fertilizantes, basados en fosfatos, y los desechos vertidos en el río causan el florecimiento de algas que privan de oxígeno al agua, matando la vida acuática.

Naturalmente, si al río se vierten fertilizantes y desechos, eso significa que la contaminación fluye hacia el mar Negro.

Este verano los noticieros de televisión locales anunciaron: “El mar Negro se ha tornado verde”. Con eso llegaron las advertencias de las autoridades de abstenerse de nadar.

“El agua no cumplía con los estándares de salubridad en casi ninguna de las playas”, explicó a la BBC Elena Varetskaya, del Laboratorio del Ministerio de Salud, en Odesa.

Sin embargo, muchos bañistas hicieron caso omiso de la advertencia y las playas estuvieron bastante concurridas.

“¡Tonterías!”, exclamó una mujer que disfrutaba de las olas. “¿Qué contaminación, de qué habla?”

Texto y fotos: Agencias

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