Por Gabriel Ortiz
En países como Inglaterra y España el torneo de copa es una competencia que goza de reconocimiento y prestigio en el fútbol nacional.
Es un torneo que aporta al desarrollo de equipos y jugadores, además de que en algunos casos es el camino para asistir a competencias de otra categoría a nivel continental.
Ganar la copa es parte de una de las aduanas a pasar para los equipos de élite como el Barcelona, tan ganadores que solo ganar un trofeo no les significa nada, las metas ahora se medin a partir de los títulos conseguidos en una sola temporada, la copa es uno de ellos.
En México sin embargo, la el torneo de copa es poco más que un estorbo para los equipos de primera división que participan en el. Si lo ganas no te aporta nada, si lo pierdes es un fracaso que daña el orgullo y el buen nombre de los equipos llamados grandes.
Se tenía que decir y se dijo, citando al famoso pollito de las redes. No, no me refiero a Miguel Herrera, sino al de los memes. El jefe águila tiene otras célebres frases en su haber y otros tantos manotazos que le han costado más que popularidad en las redes.
Aun con los flamantes campeones que la copa ha tenido, actualmente el América, antes el Cruz Azul (sí el Cruz Azul); no deja de ser una copa vacía.
La realidad es que es un torneo que no termina de definirse con claridad, que no respeta su identidad y que realmente nadie quiere jugar. No ha cumplido con ninguno de los objetivos reales que un torneo de esta naturaleza persigue y por supuesto no presenta un nivel futbolístico que al menos la haga entretenida.
