La granja San Carlos de Kekén ubicada en Santa María Chi, sigue engordando cerdos sin importar que se encuentra parcialmente cerrada.
Los pobladores de la comisaría expresaron que ya se encuentran hartos de que la granja, a pesar de que se encuentra suspendida, sigue engordando acerca de 60 mil cerdos en 70 naves.
El habitante de la localidad, William Nahut Chalé, comisarío ejidal, pidió al Gobierno Federal que intervengan para poder el cerrar el paso a la contaminación del agua, puesto que está enfermando a la población y causando un daño irreversible al medio ambiente. Junto con dos compañeros más, William llevan cuatro meses en un campamento montado en la entrada principal de la granja, pero hace poco se han enterado de que la empresa abrió otros accesos para que puedan seguir con el comercio de los cerdos.
La puerta de acceso de la granja se encuentra totalmente cerrada; sin embargo, el comisarío de la localidad sabe que la empresa abrió otros accesos para que pudieran seguir con la venta de los cerdos, se sabe que en la planta se pueden encontrar al rededor de 60 mil animales en engorda, gestión y destete, con la finalidad de su exportación.
El escándalo se desató nuevamente cuando la población entera empezó a sentir un fuerte olor a humo, que venía de los cerros de estiércol que se estaban encendiendo.
La localidad ha recibido el apoyo de las organizaciones civiles para frenar la actividad de la granja, que mide un total de 30 hectáreas, medidas más grande que el pueblo.
Los habitantes se han enterado de que cuando mueren los cerdos o lechones les tiran un ácido para disolverlos de inmediato. Por dichas acciones las personas no pueden consumir el agua de pozo, y tienen que gastar de sus propios ingresos para comprar garrafones que cuestan 19 pesos, además de que también viven con el temor de bañarse con el líquido que extraen del pozo y que estos mismos les causen enfermedades en la piel, los habitantes se encuentran en espera de una pronta respuesta de ayuda por parte de las autoridades competentes.
Información de: Rubén Darío Hau