Expertos del equipo formado por la NASA para estudiar los Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP, en inglés), conocidos popularmente como ovnis, afirmaron ayer que no han encontrado ningún dato que sugiera una conexión directa entre estos y la vida extraterrestre.
“En este punto, realmente no tenemos ningún dato explícito que sugiera que hay una conexión entre los UAP y la vida extraterrestre”, apuntó en una rueda de prensa David Grinspoon, científico principal del Instituto de Ciencias Planetarias, que forma parte del equipo.
La conferencia de prensa se celebró tras el primer simposio público de los expertos integrantes del grupo de la NASA encargado de analizar los UAP, formado en junio del año pasado para avanzar en la comprensión científica de estos fenómenos.
El próximo mes de julio se publicará el informe completo de lo descubierto por este equipo de 16 expertos de diferentes disciplinas.
En total se han estudiado aproximadamente 800 fenómenos que se han producido en las últimas tres décadas, la mayoría de ellos fenómenos totalmente identificables y una minoría que no se sabe qué son.
“Tenemos que admitir que hay cosas por ahí que no entendemos y, de hecho, en algunas de ellas no se entienden bien”, apuntó Grinspoon, pero no se ha visto “ninguna evidencia que indique que las UAP tienen algo que ver con fenómenos extraterrestres”.
Aunque la búsqueda de vida extraterrestre no es el objetivo de la misión, gran parte de las preguntas en la conferencia de prensa han ido en este sentido.
Otro de los miembros del equipo, Daniel Evans, quiso enfatizar “en voz alta y orgulloso” que “no hay absolutamente ninguna evidencia convincente de vida extraterrestre asociada con UAP”.
“Todos estamos comprometidos con la transparencia y la apertura en la NASA. Y por eso estamos celebrando estas reuniones en un foro tan público y publicaremos el informe completo a finales de este verano”, apuntó.
Evans destacó que la presencia de UAP “plantea preocupaciones sobre la seguridad” de los cielos y la responsabilidad es “trabajar juntos para investigar si esas anomalías, esos fenómenos representan algún riesgo para la seguridad del espacio aéreo”.
Grinspoon agregó que el objetivo de la misión es proporcionar una hoja de ruta sobre cómo la NASA puede contribuir a la comprensión de los fenómenos que se detectan.
La mayoría de ellos, explicó, “tienen explicaciones convencionales” y son “aviones comerciales, drones civiles o militares, ya sea globos de investigación, equipos militares, fenómenos meteorológicos, fenómenos ionosféricos”.
“Dicho esto, quedan eventos que no entendemos, pero estos eventos tienden a caracterizarse por una mala calidad (en su detección) y datos limitados”, afirmó.
Así, una de las lecciones aprendidas en el último año es “la necesidad de más datos de alta calidad”, afirmó Grinspoon.
Texto y foto: Agencias