El “no” al pago del predial
Por Guillermo Barrera Fernández
Las cosas no pueden hacerse porque sí. Todo debe siempre tener una razón de ser.
Llamar a los meridanos a no pagar predial no es una ocurrencia. No obedece a la intención de desestabilizar, ni tiene móviles políticos. Su único fin es defender el interés ciudadano y ayudar a proteger la economía familiar.
Por otro lado, es menester convocar a la ciudadanía a implementar este tipo de medidas, cuando la autoridad municipal no sólo no cumple con sus promesas de austeridad y rendición de cuentas, sino que lleva a cabo medidas difíciles de entender en estos tiempos de crisis, como es la compra, porque implica erogación de recursos, del título de Capital Americana de la Cultura, que no sólo no es barato, sino que además arroja beneficios cuestionables, que no se reflejan en el bolsillo de las mayorías. Pero a lo anterior, habría que añadir que los meridanos ignoramos los beneficios de los más recientes viajes realizados por el primer edil y en similar orden de ideas, los conceptos de los gastos realizados y los beneficios subsecuentes y el término en que deberán concretarse. Es imperativo saber qué de bueno derivó de los periplos del munícipe meridano a Alemania, Barcelona, Los Ángeles, Las Vegas y más recientemente París, a grado tal que se habla de que Mérida tiene un alcalde viajero. Por lo mismo, la transparencia y la rendición de cuentas son indispensables.
Es importante, reiteramos, dar a conocer a la ciudadanía los resultados que arroja la actividad de cuatro coordinadores generales, que no sólo devengan salarios muy elevados, sino que además disfrutan de prestaciones significativas como teléfonos pagados, gasolina, vehículos, bonos, vales de despensa y más.
Recientemente en comisiones del Congreso, el diputado Enrique Febles, del Partido Verde, cuestionó al panista Elías Lixa, respecto de su pretensión de suprimir el cobro de las actas, haciéndole notar que el proyecto de presupuesto del Ayuntamiento de Mérida implica un incremento del 4 al 10 por ciento en el monto del predial. El panista se negó a ello y se mantuvo en su postura, sabedor de lo que los ingresos por dicho concepto representan a las arcas municipales. Pero por lo visto el legislador blanquiazul no toma en cuenta el impacto que en las finanzas domésticas representaría esta alza, sin tomar en cuenta el estado de angustia y desasosiego que genera la amenaza oficial, manifiesta o velada, de embargar los predios, cuyos propietarios no cumplan con el pago del gravamen.
La actitud de las autoridades, que no se muestran dispuestas a transparentar su quehacer, pese a las reiteradas solicitudes de parte de diferentes sectores sociales y que persiste en su interés de no sólo insistir, sino incrementar el pago de un impuesto que desestabiliza la economía familiar, hace imperativo atender al llamado que aquí hacemos a los meridanos: no al pago del predial.