Mérida continúa creciendo, y como toda gran ciudad lo hace también en necesidades, retos a solucionar y problemas sociales, propios de un volumen cada vez mayor de pobladores. Y en este sentido, el vandalismo y la drogadicción son grandes ejemplos de lo que no debe prevalecer en la sociedad.
El Cepredey refiere que esos dos retos, van “recrudeciéndose”, y que además se han focalizado principalmente en dos municipios cercanos a la capital, Progreso y Kanasín. En el primer caso, en el puerto encontramos aspectos particulares como el hecho de ser el municipio costero más importante del estado.
Esto no justifica los problemas sociales en aumento, pero deja abierto el facto de “visita” de una alta población local, estatal e incluso nacional y extranjera a la zona, lo que hace todo un reto el mantener la armonía del lugar.
En el caso de Kanasín no hay excusas. Es el municipio más grande en población después de la capital, y desde el 2008 fue declarada “Ciudad”, que lamentablemente hasta la fecha de esa denominación tiene muy poco.
A la ciudadanía que tiene que enfrentar a diario con presidentes municipales con un pensamiento que no alcanza al de una urbe, ahora tiene también que estar a las “vivas” con el factor de la delincuencia, el vandalismo y las drogas que pululan a diario en la zona.
