Plaguicidas, paracetamol, aceites. Cáncer, infecciones, muerte…
Hace meses, Ciudadanos Hartos Asociación Civil (CHAC) visitó a las oficinas del periódico Punto Medio para denunciar la frágil situación del agua en Yucatán.
Humberto Reyes Montiel, uno de los integrantes de esta organización, sin pelos en la lengua, describió a los directivos presentes en dicha reunión un panorama desolador, pero sobre todo un futuro sin futuro para toda la Península en caso de no hacerse nada.
Por lo anterior, faltaba más, CHAC pedía un espacio permanente en nuestras páginas para llevar a cabo una campaña de denuncia. ¿Cómo negárselo? ¿Con qué cara íbamos a verle la cara a nuestros hijos esa noche en caso de hacerlo?
Venían, además, las campañas y parecía buena idea que las promesas para combatir la contaminación del agua también florecieran con la esperanza de ser cumplidas.
¿Resultados? No los conocemos a fondo. Si algo se ha hecho, sería importante que esa información llegara al conocimiento de los medios.
De lo contrario, las últimas informaciones de la asociación civil ya mencionada sólo hacen del recuento de nuestro compañero Jesús Gómez algo más desolador. Léalo y estremézcase.
¿Qué tiene que pasar para que todos exijamos a la voz de ya resultados en este rubro? ¿Qué asunto puede ser más importante que el agua?
¿Qué asunto le gana en importancia a la supervivencia de nuestros hijos y las futuras generaciones?
¿Se bebe el dinero? ¿Se toma la política? ¿Quita la sed la televisión que nos preocupa comprar?
Que alguien nos diga… que alguien nos cuente.
Plaguicidas, paracetamol, aceites. Cáncer, infecciones, muerte…
