Laringitis, medidas para aliviar sus molestias

La laringe tiene una función fundamental: es el órgano por donde pasa el aire que inspiramos hacia los pulmones y el que espiramos desde los pulmones hacia el exterior. Además, las cuerdas vocales son las que nos permiten emitir la voz. La laringe humana es por lo tanto una estructura fundamental en nuestra evolución, al formar parte de nuestro sistema de comunicación en forma de lenguaje hablado. Lógicamente, también podemos sufrir problemas de salud en esta zona del cuerpo humano, como la conocida laringitis. ¿Quién no se ha quedado alguna vez afónico en invierno?

La laringe se puede inflamar como cualquier otra parte de la vía aérea, tanto por virus como por la acción de otros microorganismos. Los tóxicos ambientales inhalados accidental o voluntariamente, como el tabaco, también pueden provocar inflamación de la laringe. La ronquera y la disfonía –o incluso la afonía completa– son los síntomas más frecuentes de la laringitis.

La laringitis vírica es un proceso benigno y relativamente frecuentemente que se suele resolver solo en algunos días. Es raro que se llegue a complicar con una neumonía o que sea de origen bacteriano. La laringitis en los niños en forma de crup, con tos perruna y dificultad respiratoria, sí puede ser un proceso más grave cuyos signos de gravedad conviene saber identificar para consultar al médico en caso necesario.

Cuando la laringitis se hace crónica, extendiéndose más allá de las tres semanas, es cuando hay que buscar otras causas no víricas, como la exposición a irritantes, y corregirlas. Además, según los síntomas asociados es posible que haya que descartar otros procesos más graves que también pueden producir ronquera, como por ejemplo el cáncer de laringe de los fumadores. Evitar el tabaco, por lo tanto, es una medida fundamental para proteger nuestra laringe y nuestra salud en general.

La laringitis aguda casi siempre es debida a infecciones por virus respiratorios y suele aparecer asociado a cuadros catarrales de vías altas o después de haberlos padecido. Los virus respiratorios que producen laringitis son fundamentalmente el virus de la gripe, los virus parainfluenza, los adenovirus, los rinovirus y los coronavirus. A veces puede ser producida por una bacteria, como Moraxella catarrhalis o Haemophilus influenzae. Las laringitis víricas o parasitarias son anecdóticas.

La laringotraqueobronquitis aguda o crup es un cuadro característico de niños que también suele ser de causa vírica. Hoy en día el término ‘crup’ hace referencia a cualquier laringotraqueobronquitis aguda.

También existen laringitis no infecciosas por causas irritativas. Forzar la voz o gritar mucho puede producir laringitis de forma aguda, si es de forma puntual. Los cantantes, locutores o profesores, o cualquier profesional que hable de forma continuada pueden acabar con irritación laríngea crónica y con síntomas persistentes de ronquera y disfonía.

Estar expuesto a gases, humo o sustancias químicas tóxicas como productos de limpieza o combustibles o las liberados en algunos procesos industriales pueden acabar provocando una laringitis de forma aguda que se puede hacer crónica. El consumo excesivo de alcohol y el tabaco o el consumo fumado de otras sustancias tóxicas es otra causa irritativa de laringitis que igualmente puede ser aguda o cronificarse en el tiempo si no se retira el factor irritante.

El reflujo ácido gástrico si se padece de reflujo gastroesofágico, como sucede en una hernia de hiato, también es una causa de laringitis, habitualmente crónica.

La laringitis aguda de causa vírica es un cuadro habitualmente autolimitado que se suele resolver por sí solo en una semana. No hay un tratamiento específico para eliminar la laringitis vírica, por lo que este consistirá fundamentalmente en seguir unas medidas generales para aliviar los síntomas. No está indicado por lo tanto tomar antibióticos en estos casos, puesto que no sirven para combatir las infecciones víricas.

El tratamiento sintomático de la laringitis se basa en las siguientes pautas:

-Respirar aire húmedo, utilizando un recipiente con agua caliente. Un humificador también puede ser de ayuda.

-Es importante evitar el tabaco y el alcohol.

-No exponerse a humo o vapores de productos químicos.

-Beber líquidos abundantes (por ejemplo infusiones con miel y limón, o cocciones de ajo y cebolla).

-Tomar pastillas de própolis con miel y limón proporciona un cierto alivio.

-Como la ronquera y la afonía son los síntomas prioritarios de la laringitis, es conveniente no forzar la voz, no gritar y no hablar de forma prolongada durante mucho tiempo.

-El paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o la aspirina pueden aliviar los síntomas de dolor de garganta y fiebre asociados al proceso, pero no sirven para acortar la duración de los síntomas.

-Si hay insuficiencia respiratoria o los síntomas son muy intensos el médico podría prescribir corticoides.

En el crup de los niños (dificultad respiratoria con tos de perro) sirve de ayuda de forma inicial el aire frío o húmedo, abriendo la ventana o saliendo a la calle incluso. El paracetamol ayuda a disminuir la fiebre. Si el niño empeora de forma progresiva, se cansa mucho, no puede llorar, mamar o beber y respira mal, se debe consultar de forma urgente. En Urgencias se pueden administrar corticoides, medicación nebulizada, sueros intravenosos, y oxígeno si es preciso. Si hubiera sospechas de un proceso bacteriano se pautaría antibiótico, pero siempre bajo prescripción médica.

La laringitis aguda infecciosa es difícil de evitar, más allá del lavado frecuente de manos en las épocas de otoño, invierno y primavera en las que los virus respiratorios campan a sus anchas.– Agencias

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