Son cinco los recintos con este tipo de arquitectura, que constituyen un gran atractivo para el estado, y que están repartidas por distintos municipios
Cinco iglesias en el estado de Yucatán se distinguen por su arquitectura gótica, un estilo que prosperó en Francia en el siglo XII, que se expandió por el continente europeo hasta las últimas décadas del XVI, cubriendo de esta forma una buena parte de la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna.
Sin duda que estas bellas edificaciones constituyen un gran atractivo para nuestro estado, como es el caso de la dedicada a San José de la Montaña, ubicada en Eknakán, en pleno paso de los visitantes que van rumbo a la zona de cenotes ubicada en Homún y Cuzamá que aprovechan detenerse unos momentos para admirarla.
Construida entre los siglos XVIII y XIX, la iglesia de la Soledad, como también se le conoce, formó parte de la hacienda que primero fue propiedad de Gregorio Antonio Pastrana y luego de Ricardo Molina Solís, uno de los nueve hermanos de Olegario, quien fue dos veces gobernador de Yucatán (1902-1906 y 1906-1907).
La parroquia, que fue de la familia Molina por varias décadas hasta que en 2010 el último dueño, Ernesto Molina, la donó al pueblo, tiene un acceso que se jerarquiza con una torre que descansa sobre un pórtico y remata con un chapitel, además de numerosos ventanales, algunos circulares donde pueden admirarse los restos de vitrales multicolores.
Presenta la misma tipología constructiva que el templo de San José (en la escuela María de Monserrat de la Comunidad de las Hermanas Josefinas, en Chuminópolis) en lo referente al pórtico de acceso y la ubicación de la torre.
Esta iglesia, que apenas se aprecia desde la calle, fue construida a finales del siglo XIX y fue propiedad de don José Rafael de Regil y Peón, y cuenta con altas puertas de madera que rematan en la parte superior con vitrales circulares que aún conservan los dibujos del Sagrado Corazón, nombre original de la iglesia. Destaca el piso antiguo del atrio y su altar tiene una figura de San José.
Otra de estas iglesia de estilo gótico es la dedicada a San Juan Bautista, en la comisaría de Xcunyá, ubicada a unos cuantos minutos del norte de Mérida. Fue edificada el 8 de diciembre de 1919, cuenta con una torre que se levanta sobre el pórtico, configura la fachada principal rematada con el chapitel. Los arcos de medio punto, el rosetón central y los contrafuertes complementan la expresión particular de esta capilla, que luce en las ventanas figuras de pentagramas.
A mediados del siglo XX, el dueño de la hacienda era un joven de 25 años, don Antonio Carbajal Castellanos, y tenía dos hermanas mayores, doña Teresa y doña Concepción. Sin embargo, a él le habían dejado toda la herencia y la gente del pueblo lo llamaba “el niño Antonio”.
Un día, el niño Antonio les dijo que iría a la capital del país para comprar los cuatro relojes que adornarían el majestuoso templo, más nunca regresó porque lo mataron; se desconocen las circunstancias.
Y sin ir mas lejos, se puede visitar en la calle 27 con 20 del emblemático barrio de Chuminópolis, la Capilla Nuestra Señora del Carmen, que cuenta con tres puertas grandes de madera, una al frente y dos en los costados. Posee ventanales altos cubiertos por hermosos vitrales. Lo más llamativo de la construcción es la fachada, con un pórtico de arquería encimada y una espadaña en triángulo que realza la belleza de su torre.
Según algunos investigadores, el templo fue construido entre finales del siglo XIX y principios del XX. Muchos conocedores consideran que este recinto religioso tiene las influencias góticas más destacadas de entre los cinco adoratorios, cuya lista se completa con la Capilla de San Ignacio de Loyola.
Ésta se ubica en la comisaría progreseña de San Ignacio, a 21 kilómetros de Mérida y fue construida por don Alonso Regil Peón, entre los años 1860 y 1870.
El santuario posee un hermoso altar de madera y se sabe que, dado que los hacendados viajaban con regularidad al Viejo Continente, la imagen del santo patrono fue traída en barco desde Barcelona, España, para presidir el adoratorio. En 1976, la iglesia fue parte de las locaciones para la grabación de la película La Casta Divina con actores destacados.
Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Archivo