Lavado de pies, señal de humildad y amor

El Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, expresa en el Cereso de Mérida que en la actualidad todavía existen en México y el mundo formas de esclavitud, y exhorta a luchar contra los abusos a migrantes

 

Lavarle los pies a alguien en tiempos de Cristo era una labor reservada para los esclavos, y Jesús la realizó en el marco de la Última Cena como una muestra de humildad y amor a la humanidad, pero en la actualidad todavía existen en México y en el mundo diversas formas de esclavitud.

–Siguen ocurriendo este tipo de abusos especialmente en contra de los más pobres, como los migrantes, que con mucho dolor y esfuerzo emigran de sus países en busca de mejorar su vida y son secuestrados para cobrar un rescate o esclavizados hasta con fines de prostitución –dijo el Arzobispo de Yucatán, Monseñor Gustavo Rodríguez Vega en su homilía este Jueves Santo en el Centro de Readaptación Social de Mérida, donde rememoró la institución de los sacramentos de la Eucaristía y del sacerdocio.


Recordó que además de que Jesucristo prometió entregar su cuerpo y su sangre para salvarnos y darnos la vida eterna, al igual que lo hizo cuando nació en un pesebre o cuando al final murió en la cruz entre dos ladrones, el Hijo de Dios se humilló durante la última cena lavando los pies a los apóstoles.

–Es algo que ya no se acostumbra ahora, pero hay muchas otras formas en que la gente esclaviza a sus hermanos los hombres y mujeres del mundo, pero también este gesto de Cristo de entregarse por nosotros y de lavarnos los pies. Sigue sucediendo cada vez que hay hombres y mujeres sirviendo a los más pobres, a los presos, a los migrantes, allá donde están cuidando de los derechos humanos de los necesitados, allá está Cristo lavando los pies de sus apóstoles y de sus hermanos –subrayó.

Dirigiéndose a los internos, seis mujeres y seis hombres que se eligieron para que participen en el lavatorio de pies, Mons. Rodríguez Vega, expresó su deseo de hacer lo propio con todos los reclusos, a fin de recordar lo que Cristo hizo, y lo que hace hoy sirviendo a través de quienes integran el Servicio Pastoral Penitenciario, que sirve a los internos con amor y humildad.

–Hoy yo quiero representar ese servicio, de tanta gente buena de buen corazón, que están siempre dispuestos a servir con amor fe y humildad a los más necesitados. Que la celebración de Semana Santa nos mueva a ponernos en servicio unos a los otros. Que así sea –puntualizó.

Manuel Pool
Fotos: Juliana Sepúlveda

 

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